Fernando Arnedo es el hermano mayor de Diego, el bajista de Divididos. Va como candidato a intendente por una de las dos colectoras kirchneristas. También es músico, pero toca folclore.
› Por Martín Piqué
Fernando Arnedo es un guitarrero que heredó de su padre santiagueño la pasión por la música. En la casa familiar de Hurlingham sonaban zambas y chacareras. Su padre había compuesto algunas bastante conocidas, como “Salavina”, “La amanecida” y “Cuando el diablo anda en el vino”. Arnedo y sus hermanos crecieron escuchando guitarras criollas pero pasaron los años y las cuerdas dejaron su lugar al golpe rítmico del bajo. La novedad la trajo uno de los seis hermanos: Diego, el cuarto según orden de nacimiento, quien tuvo que colgar los botines tras una lesión y aprovechó el reposo para practicar con un bajo que le habían regalado. Desde entonces la vida de los Arnedo estuvo ligada a la historia de Sumo y Divididos. Fernando es el mayor de los hermanos y uno de los dos que todavía vive en Hurlingham. El otro es Diego, el bajista. “Con el que mejor me llevo es con él”, dice Fernando sobre el músico. Ambos son paisanos de Hurlingham, como dice el tema de Divididos. Pero Fernando, de 62 años, peronista desde la adolescencia y funcionario bonaerense, también quiere ser intendente de la ciudad con nombre inglés e historia rockera.
En todos los demás órdenes de la vida, incluyendo la política, ser un guitarrero tiene mala prensa. Fernando Arnedo no parece preocuparse; tiene bien divididos los tantos. “Toco la guitarra y canto. En mi familia recibimos toda esa impronta cultural profunda del NOA, mi padre era compositor y poeta. Mi familia no era peronista, tampoco anti. La política no tenía un lugar destacado. Pero a mí las amistades, las lecturas, los grupos de la Iglesia, me fueron llevando hacia la política, al peronismo.” Estudiante de derecho que cursó hasta tercer año, empleado de la fábrica Fiat en Caseros (trabajaban 900 personas y se reparaban turbinas de gas para usinas eléctricas), administrador rural en Capilla del Señor y Lobos, propietario de una inmobiliaria, Arnedo llegó a la función pública con el triunfo de Antonio Cafiero en 1987. Su historia refleja las mutaciones del peronismo: trabajó con Juan Carlos Rousselot en Morón, fue asesor de Mario Oporto, recaló en la Dirección de Migraciones cuando en el Ministerio del Interior estaba Gustavo Beliz y en la Presidencia –cómo olvidarlo– Carlos Menem.
En 1998 asumió la intendencia de Hurlingham en forma interina. Le tocó reemplazar al intendente Juan José Alvarez, centro de la polémica cuando se supo que había trabajado en la SIDE de la dictadura. “Cuando volvió Juanjo fui su secretario de gobierno hasta el 2001. Allí se fue a la provincia para encabezar el Ministerio de Seguridad y Luis Acuña (actual intendente de Hurlingham) se hace cargo del municipio”, relata Arnedo. Tras la decisión de Acuña de apoyar a Chiche Duhalde, Arnedo se alejó del PJ local y se convirtió al kirchnerismo. Su primer encargo fue participar de la intervención en Santiago del Estero bajo el mando de Pablo Lanusse. El mayor de los Arnedo ahora compite contra Acuña desde una de las dos colectoras kirchneristas que se presentan en Hurlingham. Algunos carteles lo presentan como el hermano del bajista de Divididos.
–¿Le gusta la música que hace su hermano? –le pregunta Página/12.
–Algunas cosas sí, no todas. La versión de “El Arriero” me parece magistral. “El 38” me parece un quilombo. “Camarón Bombay”, extraordinario.
–¿Lo conoció a Luca Prodan?
–Venía a la casa de mi vieja. Tenía un aspecto áspero, mataperros, pero en la relación personal era educadísimo. Parecía un noble europeo. Entendió y se apasionó por esta cosa que se llama Argentina.
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