Pasillos repletos, público paciente y a la vez ansioso de participar son la constante de la versión local del encuentro que todos los años reúne en Porto Alegre a los luchadores globales contra el neoliberalismo. La Asamblea Nacional contra el ALCA es una muestra de ese entusiasmo. Desde las primeras horas de la mañana hasta cerca de las 22, el aula magna de la Facultad de Medicina mostró un lleno total. Impulsar una campaña local contra la iniciativa norteamericana fue una de las resoluciones de la “Autoconvocatoria contra el ALCA”.
La denominación del núcleo convocante no es cuestión de azar. “La condición de ser una autoconvocatoria facilita el ingreso de sectores que quieran oponerse a la propuesta norteamericana de conformar un área de libre comercio”, dicen los organizadores. También representa un obstáculo para que los partidos políticos se apropien de la movida.
El economista Julio Gambina puso de relieve “el secreto con el que se están haciendo las negociaciones sobre el ALCA”. Suele repetir que en alguna ocasión en la que le señalaron este punto al atildado ex canciller Adalberto Rodríguez Giavarini, a modo de explicación y por toda respuesta, el funcionario sostuvo que “se trataba de una cuestión de Estado”. Luego de señalar que la iniciativa “respondía a la estrategia de los capitales trasnacionales”, recordó que los Estados Unidos “protegen todos sus mercados”. Como ejemplo recordó que los subsidios a su producción agrícola llega a comprometer unos 19.100 millones de dólares.
Casi todas las intervenciones coincidieron en la necesidad de difundir las consecuencias y características del ALCA, ya que a diferencia de lo que sucede en Brasil u otros países latinoamericanos, en la Argentina “hay un fuerte desconocimiento del tema”. En Brasil está por comenzar una consulta popular en la que se le pregunta a la población si está dispuesta a que “su gobierno continúe con las negociaciones para la conformación del ALCA”. Los miembros de la autoconvocatoria argentina consideraron realizar una similar entre setiembre del 2002 y marzo del 2003.
Del 27 de octubre al 1º de noviembre, en nueva ronda de deliberaciones, sesionarán en Quito, Ecuador, los ministros de Economía de Latinoamérica. Para esa ocasión se prepara una movilización continental de protesta. Como complemento de esa movida, el titular de la CTA, Víctor De Gennaro, convocó a una concentración frente a la embajada de Ecuador en Buenos Aires. Fue precisamente De Gennaro quien propuso realizar una consulta popular al estilo de la que comenzará en Brasil. Uno de los miembros del comité que organiza la consulta, la brasileña Sandra Quintela, explicó en la Asamblea algunas de sus características. Comentó que entre las tres preguntas que se le formularán a la población, una es ¿estás dispuesto a entregar una base militar a los Estados Unidos?
A su turno, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel puso el acento en lo oprobioso que resulta para los pueblos latinoamericanos el peso de la deuda externa. Recordó que el primer personaje en plantear con fuerza este tema a nivel continental fue Fidel Castro, en el congreso contra la deuda que se realizó en La Habana en 1984. Posteriormente comenzaron las intervenciones de los presentes en el auditorio. El primero fue el legislador porteño de Izquierda Unida Patricio Echegaray, quien además de plantear el “no al ALCA”, señaló que había que hacer una fuerte convocatoria para oponerse a la “amañada convocatoria a elecciones”. En este punto, los partidos de la izquierda decidieron sumarse a la manifestación que Luis Zamora, Elisa Carrió y De Gennaro convocaron para el próximo viernes 30. La marcha pretende concretar en los hechos la consigna que nació al calor de la protesta callejera que derrumbó a Fernando de la Rúa: que se vayan todos.
El responsable de Judiciales de la CTA, Víctor Mendibil, resaltó que de concretarse el ALCA se verán afectadas las políticas de educación y salud pública, que podrían ser recusadas como “competencia desleal” por el gran hermano americano. Entre las frases que quedaron resonando estuvo la del dirigente campesino boliviano Pablo Solón, cuando dijo “que el ALCA no es algo que comienza en el 2005, ya está empezando”. Muchas delegaciones, como la chilena, resaltaron que la iniciativa norteamericana también ponía el énfasis en la concreción de acuerdos bilaterales. Gambina recordó que al día siguiente de la visita del titular del Tesoro de los Estados Unidos, Paul O’Neill, el gobierno de Eduardo Duhalde recibió de parte del secretario de Comercio estadounidense la propuesta de un acuerdo bilateral privilegiado con la Argentina.