“Hay buenas expectativas con el gobierno de Cristina Kirchner. Muchas más expectativas que votos. Porque un 60 por ciento dice que el gobierno de Cristina será bueno o muy bueno, mientras que ella sacó un 45 por ciento de los votos. Vuelve a haber crédito. Se reconoce a los opositores, pero no como una alternativa de poder, sino expresiones de puntos de vista que deben ser atendidos.” Así resumió el consultor Enrique Zuleta Puceiro, titular de OPSM, los resultados de una encuesta sobre las expectativas que existen de cara al gobierno que asumirá el 10 de diciembre.

Los datos surgen de un sondeo realizado por OPSM entre 1100 personas de todo el país. Se respetaron las proporciones por edad, sexo, nivel económico-social y se tomaron también en cuenta los lugares de residencia, combinando pequeñas, medianas y grandes ciudades. La dirección técnica del trabajo estuvo a cargo de Isidro Adúriz.

Se dice que en la Casa Rosada hay malestar con una supuesta contradicción. “No puede ser que la gente haya votado masivamente a Cristina, que existan expectativas con su gobierno, que la imagen del presidente Néstor Kirchner haya vuelto a subir, pero al mismo tiempo los formadores de opinión se quejan porque el gabinete tiene muchos integrantes que ya estaban antes. ¿En qué quedamos? ¿La gente está a favor de la continuidad, pero los formadores de opinión no?”, argumentaba un hombre de la primera línea del Ejecutivo. Con una mirada en los datos de su encuesta, Zuleta afirma que “efectivamente la gente apuesta a la continuidad, pero con profundización. Ahí está a la vista lo que se pide. Mejoras, sobre todo, en seguridad, educación y salud, así como atención al tema de la inflación. No se habla de una bandera que muchos opositores enarbolan: la calidad institucional. El ciudadano común es más concreto. En la Casa Rosada tienen que tener en cuenta que hay una mitad de la ciudadanía que no quiere que gobierne Elisa Carrió, pero sí que haya cambios en algunas formas y métodos, tal vez más diálogo, más explicaciones, más transparencia en la forma en la que se deciden las cosas. El Ejecutivo no puede desconocer que Cristina perdió casi diez puntos en el último mes antes de las elecciones. Tenía un 53 por ciento de los votos y terminó en 45. Ahí hay un mensaje.”

Para Zuleta, “hay un mensaje positivo en la elección, pero al mismo tiempo la gente que era férreamente opositora, que le decía que no a todo, pasó del 20 por ciento al 30. Hay una franja que apoya tanto a Néstor como a Cristina y que incluso no votó a la senadora. Tal vez porque quería poner un límite. Entonces ahora esa franja, que representa a seis de cada diez encuestados, dice que hay que seguir en este rumbo, pero también cambiando cosas. Aníbal Fernández, por ejemplo, es uno de los ministros peor evaluados. Sin embargo, su nombramiento es de los que mejor cayeron. Se ve en la encuesta que hicimos. ¿Cómo se interpreta? De últimas, el encuestado quiere alguien de carácter para manejar Seguridad y Justicia. ¿Significa que evalúa que está bien lo que se hizo? No. La prueba está en que la seguridad aparece como el tema que, según los encuestados, debe priorizar la presidenta. ¿Significa que hay que hacer algo diferente de todo lo hecho antes? Otra vez la respuesta es no. El 71 por ciento sostiene que el gobierno de Cristina tiene que ser similar al de Néstor”.