Mié 21.11.2007

EL PAíS

“El corte de ruta se mantendrá todo el tiempo que sea necesario”

Al cumplirse un año del corte, la asamblea de Gualeguaychú ratificó que mantendrá la medida. Ayer hicieron un escrache a la Embajada de Finlandia y por la noche, una asamblea.

A un año de instalado el corte de ruta contra Botnia, la asamblea de Gualeguaychú ratificó que mantendrá la medida “todo el tiempo que sea necesario”. Los vecinos hicieron un escrache a la Embajada de Finlandia por el aniversario y, a la noche, se reunieron en Arroyo Verde. Con la pastera en plena producción no hubo clima de festejo, pero sí un debate en el que se reafirmó que la voluntad es mantener la protesta.

Una señal de esa decisión es el escenario que, desde hace ya unos meses, se ve sobre el asfalto. Durante el invierno, los integrantes de la asamblea levantaron un refugio para protegerse del frío y el viento. La construcción es hoy un local con capacidad para 130 personas que tiene electricidad, televisión, equipo de sonido, baños y duchas para los que se turnan en la guardia.

“Cumplir un año en la ruta no es motivo de alegría, pero estamos conformes con nosotros mismos”, definió Gustavo Rivollier, uno de los históricos de la asamblea. “Creo que estamos marcado un camino en la región al decirle no a las pasteras ... al camino hay que hacerlo, y en algún momento vamos a conseguir que Botnia se vaya, más tarde o más temprano”.

La asamblea está haciendo tres reuniones por semana, los viernes y domingos en el corte de Arroyo Verde, ubicado a 22 kilómetros de Gualeguaychú, y los martes en el teatro de la ciudad. Una de sus claves contra el desgaste, cuenta José Pouler, ha sido la rotación. “En los debates hay entre 300 y 500 personas, pero el que tome una foto va a encontrar que sólo unos 150 se repetirán, y el resto de la gente va variando”.

Otras claves: la coordinación es rotativa; a la asamblea en sí, que por su mecánica es lenta para tomar decisiones, sumaron comisiones que agilizan el trabajo. Las comisiones se crean y desarman según las necesidades del momento: ahora existe una de acciones, otra de río (que organiza las manifestaciones náuticas), de asamblea regional (que se ocupa del vínculo con los uruguayos que rechazan las pasteras), juvenil, de prensa y para impulsar la ley de la madera. Lo que deciden es llevado a votación, y a veces alguna de las comisiones recibe una autorización previa para avanzar, por ejemplo con actividades sorpresa.

El corte cambió la vida de la ciudad y de sus habitantes. “Hay tanto para hacer que la vida familiar se trastoca. Yo ya no veo a mis hijos las veces que quisiera; una pierde el sentarse a mirar una película, sentarse a desayunar con ellos”, dice Amalia Casella. Juan Veronessi apunta que optó por el traslado de su vida social: “Con mis amigos, con los que me encontraba todos los jueves para comer, me sigo juntando, sólo que ahora lo hacemos en Arroyo Verde donde organizamos una peña y nos quedamos a pasar la noche”.

En los últimos meses, las movilizaciones en la Capital Federal se intensificaron como estrategia para evitar que el impacto del corte de ruta se diluyera por el efecto costumbre. Con el mismo sentido, inventaron las manifestaciones náuticas en el río, organizaron actividades coordinadas con los grupos de ambientalistas y productores agropecuarios del Uruguay y están impulsando varias denuncias judiciales.

La asamblea organiza una nueva marcha a la Plaza de Mayo el 12 de diciembre, dos días después de la asunción de Cristina Kirchner. El objetivo es repudiar la entrada en funcionamiento de la planta y reinstalar el tema en la agenda del Gobierno, pero a la plaza irán además grupos con reclamos ambientales de todo el país.

El corte de la ruta 136 se inició cuando el Banco Mundial aprobó un crédito por 500 millones de dólares para terminar la construcción de Botnia; desde entonces se sostuvo de manera ininterrumpida. “El corte se convirtió en un símbolo y por eso está fuera de toda discusión la posibilidad de levantarlo. Por el valor que tiene ese símbolo entendemos que hoy sólo podría terminarse a cambio de la relocalización de la planta y de nada menos. Este no es buen momento para aflojarlo”, define Rivollier.

En Colón y Concordia, grupos de vecinos acompañaron con bloqueos intermitentes la protesta de Gualeguaychú, especialmente en la primera de estas localidades. Colón mantiene en la actualidad cortes diarios de dos horas –desde las ocho a las diez de la noche– en el acceso al puente General Artigas, que une la ciudad con Paysandú. Esta modalidad de bloqueo se mantendrá hasta el viernes, mientras que para el fin de semana está anunciada una nueva protesta larga, desde el sábado a las 17 horas hasta las 19 del domingo.

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