El congreso del ARI de mañana tiene tres diferencias con todos los anteriores. La primera es que ya no tendrá a la cabeza de la mesa a Elisa Carrió. La segunda es que por primera vez un grupo de dirigentes planteará una línea de acción para el partido que va en dirección opuesta a la que desea Lilita. Y la tercera es que será cerrado a la prensa. Lejos de las cámaras, los aristas cruzarán los argumentos a favor y en contra de continuar en la Coalición Cívica, con una previsible victoria de “los lilitos”. “Las mayorías no modifican las convicciones. Lilita dixit”, ironizaban desde el disidente Grupo de los Ocho.

A diferencia de la política disciplinaria del radicalismo, los dirigentes cercanos a Carrió no piensan sancionar ni expulsar a ninguno de los diputados del ARI autónomo, aunque la probable mayoría en el congreso será utilizada como un dique para frenar los cuestionamientos a la estrategia de alianzas de la líder de la Coalición Cívica (CC). “No hay intención de que haya expulsiones. La idea es dejar hablar a todos. Y la asamblea va a votar la resolución”, explicaron desde la organización. De todas formas, muchos de los lilitos se preguntan cuántos de los ocho diputados están dispuestos a quedarse en un contexto tan adverso.

El temario del congreso, que presidirá la santafesina Susana García, consiste en tres puntos, donde el orden de los factores sí altera el producto: primero vendrá el análisis del resultado en las elecciones del 28 de octubre, seguido por el desarrollo territorial del ARI en todos los distritos y, por último, la discusión sobre el lugar del ARI en la CC. El primer punto será seguramente el caballito de batalla de los lilitos, que ponen sobre la mesa los cuatro millones de votos obtenidos. Sobre el último, se desplegarán los disidentes, que recordarán el diálogo de Carrió con Ricardo López Murphy, entre otras lindezas.

A la sede del ARI, en Rivadavia al 1400, asistirán desde tempranito los 85 congresales, a los que se sumarán otros dirigentes y legisladores de la fuerza. La gobernadora electa de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos, no será de la partida. “No la podemos comprometer”, indicaron los organizadores. Tampoco estará presente Carrió, que por estos días descansa en Punta del Este. En rigor, la dirigente se desafilió del ARI, por lo que no tiene por qué asistir. Lilita evitó hablar hasta ahora de la crisis del partido que fundó. Fueron los dirigentes como Elsa “Tata” Quiroz y Adrián Pérez quienes salieron en su defensa. A sus respuestas, se sumó la táctica de hacer tiempo en Diputados hasta el congreso partidario, donde las mayorías les sonríen. La estratagema fracasó cuando los disidentes anunciaron la creación de su propio bloque el lunes pasado.

En el ARI nadie se anima a timbear, pero de un lado y del otro ya hicieron las cuentas y la posición a favor de la CC será mayoritaria. En contra podrían pronunciarse únicamente los congresales de Mendoza, un sector de Santa Fe, de la provincia de Buenos Aires y de Capital. Todo indica que conseguirán un fuerte respaldo al liderazgo de Carrió y una ratificación del ingreso a la CC, que les permitirá ordenar el interbloque que compartirá con GEN, con Unión por Todos y con el socialismo.

Los diputados disidentes irán simplemente a plantear su desacuerdo. Del Grupo de los Ocho, son congresales Eduardo Macaluse, Carlos Raimundi, Verónica Benas y Delia Bisutti. “La idea es no resignar los espacio de debate, más allá de las mayorías”, dijeron desde ese sector. Conscientes de que van a perder la votación, sostuvieron que la diferencia no será tan abrumadora como suponen los lilitos. “Nosotros vamos a plantear nuestros argumentos y nos vamos a parar en nuestra convicciones”, prometieron.