En la que tal vez sea su última entrevista como presidente, Néstor Kirchner habló de todo. A escasos días de pasarle el bastón de mando a su esposa, Cristina Fernández, el mandatario realizó un balance de su gestión de cuatro años y medio. Manejando los hilos de la conversación y con premeditada cautela en sus palabras, insinuó cuestiones sobre su futuro inmediato, insistió en que quien gobernará será su esposa y no él, evitó referirse a la oposición, defendió la actual política económica, tocó el tema de los casos de corrupción que salpicaron su gestión y recordó al caso del desaparecido Julio López en el que, aseguró, “hubo cobertura de algunos que están o estaban en algunas instituciones”.

La conversación sucedió ayer por la tarde en la Casa Rosada y fue emitida por el programa de TN A Dos Voces. Sin estridencias, desde su sillón de felpa bordó y ribetes dorados, Kirchner no regaló títulos, pero dejó varias definiciones importantes.

El primer ítem abordado fue la cuestión económica. Tras recordar que “estábamos en el infierno, en recesión y ahora ha bajado la pobreza, la indigencia y estamos creciendo cerca del 50 por ciento, algo inédito”, defendió la estructura vigente: “No creo en modelos de enfriamiento, porque nos han dado malos resultados. Con ellos el país ha caído en un desastre”, dijo. “Hay que seguir creciendo todo lo posible, sin temor”, agregó tras reconocer que esto implica tensiones, por lo que propuso “profundizar el modelo de inversión”.

“Queremos un país con una fuerte clase trabajadora, una gran clase media y un empresariado nacional industrial consolidado. Queremos que la industria y el campo trabajen juntos, con valor agregado. Que el campo esté inserto en el mundo, con autonomía de la globalización”, resumió.

Respecto de los sucesivos cuestionamientos al Indec, Kirchner responsabilizó a la oposición de haber creado un clima de incertidumbre injustificado: “Para mí el tema está claro. Cuando no se tiene qué decir, señalan cualquier cosa. Por eso no vamos a caer en la trampa que nos plantean, porque quienes hablan no saben explicar los números que dan”, afirmó. Sobre el aumento de las tarifas del transporte, recordó que hacía siete años que no se movían. “Los mismos que me reclamaban aumento ahora hablan de tarifazo. Es una adecuación que permite ahorrar 600 millones de pesos”, sostuvo.

Se negó a seguir hablando de sus adversarios: “Yo no soy analista como para hablar de ellos, pero si quiere hablamos del tema el 12 de diciembre”, prometió. “Los que deben analizar eso –continuó– son ustedes, la sociedad y la gente, que creo que sacó una fotografía el 28 de octubre. Yo me quedo con ella.”

“Le hace muy bien al país la continuidad del cambio y creo que esta alternancia oxigena fuertemente las decisiones. La Argentina necesita un proceso de dinamismo, de cambio permanente que consolide la institucionalidad en el país”, sostuvo el mandatario cuando le preguntaron por qué no buscó su reelección. “Cristina está formada y sabe lo que tiene que hacer. Mi tarea es acompañarla”, remarcó.

Sobre su futuro dijo poco. Habló de la Concertación Plural como un fenómeno que está surgiendo y subrayó que por ahora no piensa presidir al PJ ya que precisa un “tiempo de reflexión”. “Necesitamos un peronismo que sea parte de un proyecto plural, no sectario, y amplio” y señaló que “hay que construir un espacio superador de la vieja política, con muchos dirigentes, gente joven, y espacios de estudios económicos, sobre salud, sobre educación”. Para eso, aceptó, “hay que hablar con mucha gente, lo que no significa renunciar a lo que uno piensa”.

Uno de los temas más punzantes de la entrevista fue el momento en el que se habló de caso Julio López. A sabiendas de que sus palabras traerían consecuencias, Kirchner dijo estar convencido de que “no se podría haber llevado adelante un hecho de esta naturaleza sin cobertura de algunos que están o estaban en algunas instituciones. Hay herencias del pasado que tienen mucho que ver con lo que ha sucedido, tenemos que buscar y encontrar la verdad. Esto es una fotografia de los 30.000 desaparecidos que ha tenido la argentina”, añadió.

El tema seguridad fue otro de los que se pusieron sobre la mesa. En este sentido, Kirchner dijo que se verá un “mejoramiento paulatino” en los próximos años y remarcó que la cuestión no se soluciona con “mano durísima”.

En materia de política internacional, volvió a defender a Hugo Chávez, cuestionó a Tabaré Vázquez por hacer lo opuesto a lo que le había dicho. “Acá hubo un incumplimiento de Uruguay y hechos consumados. Lamentablemente, el gobierno uruguayo se manejó imponiendo condiciones”, sostuvo. Como cierre del capítulo internacional, justificó el nivel de relación con Estados Unidos, con vínculo “correctos, pero no carnales ni vergonzantes”.