El presidente uruguayo traspasará la presidencia pro témpore del Mercosur a la mandataria argentina. Serán los oradores del cierre de la reunión de presidentes y se espera que haya menciones en tono contemporizador sobre el diferendo por las pasteras.
› Por F.C.
desde Montevideo
Por esos caprichos del protocolo, Tabaré Vázquez y Cristina Fernández de Kirchner tendrán a su cargo los discursos de cierre de la Cumbre del Mercosur. El uruguayo le traspasará la presidencia pro témpore del bloque a la argentina y la expectativa estaba puesta en si habrá un nuevo cruce por el conflicto por las papeleras. “Como a Cristina le toca el último discurso, no creo que Tabaré se anime a mucho”, especulaba ayer un integrante de la comitiva argentina. Ayer, en medio de una extensa y hasta por momentos tediosa sesión del Consejo del Mercado Común que agrupa a cancilleres y ministros de Economía del bloque, Reinaldo Gargano deslizó una tibia mención al entredicho que luego hizo más fuerte en público porque la repitió en dos conferencias de prensa. La cumbre de los presidentes arrancará hoy con un desayuno de trabajo y el dato político de la jornada estará dado en respaldo que le brindará el bloque al gobierno de Bolivia –ayer Evo Morales confirmó su presencia en Montevideo–, al tiempo que reiterará sus deseos de una pronta incorporación de Venezuela como socio pleno, en medio del conflicto abierto con Estados Unidos por el affaire de las valijas de Antonini Wilson.
Será la posibilidad de Tabaré Vázquez de dar una respuesta en público luego de haber escuchado en silencio el discurso de asunción de Cristina Kirchner en el que primero le agradeció su presencia, pero luego le enrostró el origen del conflicto por las papeleras. Al uruguayo le tocará darle el martillo y la tablita que simbolizan la presidencia del bloque. Conociéndolo a Tabaré, en la comitiva argentina ayer imaginaban que si había alguna referencia suponían que sería de tono contemporizador. En su debut, a Cristina Kirchner le tocará el cierre.
Uruguay planeó una Cumbre del Mercosur austera, “porque no hay nada que festejar”, al decir de Vázquez. El hecho más llamativo fue que suspendiera la tradicional cena de la noche previa a la jornada de sesión. Así, el encuentro de presidentes se redujo a lo mínimo: estará circunscripto a lo que suceda entre las 8.30 y el mediodía en el Edificio del Mercosur. Primero una sesión entre los miembros plenos, luego se les suman los adherentes como Venezuela, Chile y Bolivia. También anda por aquí el ministro de Comercio e Industria de Israel, que suscribirá un Tratado de Libre Comercio (TLC) con el Mercosur.
Más allá de las quejas por la convocatoria reducida, en la comitiva argentina contaban que la de ayer había sido una jornada mucho más relajada que lo esperado. Es que el Frente Amplio uruguayo celebró justo la noche previa un congreso en el que la línea interna que suscribe la permanencia en el Mercosur había obtenido una victoria aplastante contra el sector que pilotea el ministro de Economía, Danilo Astori, que proclama la conveniencia de salir del bloque y firmar un TLC con Estados Unidos. Así fue que sus colegas se encontraron ayer con un Gargano feliz y relajado y con un Astori serio y mudo a su lado.
La reunión, entonces, se convirtió en una secuencia de buenos deseos, que esta vez no fueron interrumpidos por las quejas de ningún funcionario exaltado. Es más, se convino que los temas que habitualmente traen más conflictos, como las cuestiones de las asimetrías de las economías más chicas, vuelvan a debatirse recién en el próximo semestre.
Del lado argentino estuvieron el canciller, Jorge Taiana, y el ministro de Economía, Martín Lousteau. Debutante en estas lides, Lousteau les huye como peste a las declaraciones periodísticas. Ya noche larga, en la puerta del Hotel Radisson, el ministro salió a cenar vestido con buzo y jean, como un treintañero cualquiera. “Extensa”, fue su única definición sobre su primera jornada en cumbres.
En cuanto a lo político, se esperaba que el bloque diera una nueva muestra de apoyo a Evo Morales, luego de una semana en que se profundizó la crisis política boliviana. Morales confirmó recién ayer su viaje a la capital uruguaya, seguramente buscando algo de aire entre sus pares. Con la visita que le hicieron el fin de semana Luiz Inácio Lula da Silva y Michelle Bachelet ya tuvo un buen espaldarazo. Ahora va por más y era posible que hubiera una mención al caso en el documento final de la cumbre. En el caso de Chávez habría un respaldo más indirecto. El ingreso de Venezuela como socio pleno del bloque está pendiente de aprobación por los congresos de Brasil y Paraguay, así que los presidentes del Mercosur suscribirán su deseo de un pronto ingreso venezolano que debía interpretarse como un apoyo a Chávez luego de su derrota en la urnas y al nuevo conflicto abierto con Estados Unidos por el escándalo con las valijas.
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