En un contexto político complicado, por las derivaciones del caso Antonini Wilson, el Gobierno encontró oxígeno en los últimos indicadores económicos. La actividad industrial aportó lo suyo, al registrar en noviembre el mayor crecimiento del año. La expansión fue del 9,7 por ciento respecto de igual mes de 2006 y del 1,2 en relación con octubre último, en las versiones desestacionalizadas. En parte, el alza se explica por el adelanto de producción de distintos sectores fabriles para cubrirse de eventuales problemas de abastecimiento energético en el verano.

En la encuesta del Indec que acompaña los datos estadísticos de evolución de la industria se destaca un fuerte optimismo de los empresarios. Ninguno prevé caídas de la demanda interna el año próximo: el 56,4 por ciento estima que se mantendrá estable y el 40,6 restante proyecta una suba. Lo mismo ocurre con otras variables claves de su actividad. Ninguno de los encuestados prevé una reducción de sus dotaciones de personal para 2008. El 78,1 por ciento no advierte cambios y el 21,9 planea incorporar empleados. Las perspectivas son incluso mejores en el caso de las exportaciones: el 52,4 considera que treparán el próximo año, mientras que el 46,0 las visualiza estables y sólo el 1,6 opina que caerán.

Cuando sólo resta la medición de diciembre para completar el año, el Estimador Mensual Industrial acumula un alza del 7,2 por ciento en comparación con once meses de 2006. A pesar del fuerte crecimiento, la utilización de la capacidad instalada se mantuvo estable en 79,3 por ciento, lo que refleja la ampliación de algunas plantas para soportar este aumento en la producción. El ministro de Economía, Martín Lousteau, rechazó las críticas sobre un agotamiento del modelo. “En 2004 y 2005 se hablaba de que se estaba saturando la utilización de la capacidad instalada (industrial) y hace tres años que seguimos a ese nivel, y creciendo, por lo que se está invirtiendo”, dijo el último miércoles en declaraciones a la prensa.

El funcionario recibió ayer a los representantes de la cadena automotriz para analizar los problemas de esa rama, como parte del plan de diálogo con distintos sectores a fin de atraer inversiones, aumentar la producción y hacerla más eficiente. Fue justamente el sector automotor el que lideró el crecimiento en lo que va del año, con un avance del 25,1 por ciento, la única variación de dos dígitos. En noviembre subió 23,3 por ciento. Detrás suyo se anotaron rubros como fabricación de papel y carbón, productos químicos, metalmecánica y la elaboración de minerales ligados a la construcción, con alzas de entre 7 y 9 por ciento. Algunos subloques que mostraron caídas fueron el lácteo (-4,7 por ciento respecto al mes anterior y -7,9 interanual), fibras sintéticas y artificiales (-24,8 y -34,9, respectivamente) y materias primas plásticas y caucho (-4,4 y -2,7).