El socialismo tiene una relación ambivalente con la Coalición Cívica. Por un lado, es su aliado, y por otro, día por medio surgen críticas de sus dirigentes al rumbo de la CC. Ayer las diferencias eclosionaron una vez más con los cuestionamientos del intendente de Rosario, Miguel Lifschitz, que se sumaron a los que viene haciendo el titular del PS Capital, Roy Cortina. El santafesino consideró que la CC “está enfocada sólo en la tarea de oposición y eso hoy no es suficiente”. En rigor, no es muy distinto de lo que viene sosteniendo Hermes Binner. “Las cosas no están bien con la CC”, reconocieron en el entorno del gobernador socialista.

Aunque siguen aunados en un partido único –y no hay posibilidades de ruptura a la vista–, en el socialismo se podría hablar de tres grandes sectores: el que se muestra cerca del Gobierno, cuyos dirigentes ocupan cargos públicos; el que acompañó de cerca a Carrió en la última campaña, al punto de que le brindó un compañero de fórmula y la corriente que encabeza Binner, que no está realmente en ninguno de esos lugares, aunque ambos se lo disputan. Quizá por eso generó más repercusiones la aparición de una figura de ese espacio (Lifschitz y Binner no suelen tener disidencias públicas) que cuestionó el rumbo de la CC.

El intendente de Rosario sostuvo que “cuando un partido no está en el Gobierno, su tarea fundamental es construir una alternativa y eso es mucho más que ser oposición”. El planteo está calcado del que había sostenido Binner sobre Lilita, en un reportaje que concedió a Página/12: “Los tiempos electorales ya pasaron. Hoy estamos ante la necesidad de aportar no con denuncias, sino con propuestas”, consideró. Esa postura le valió una réplica irónica de la líder de la CC: “Si la vida no tuviera frivolidad, sería como Binner”, lo cruzó.

El frío santafesino –es un decir, dado que la provincia arde con una sensación térmica superior a la porteña– se sumó a las críticas de Cortina, quien dijo que tiene más afinidad “con sectores de la centroizquierda que con Patricia Bullrich”.

Ante la suma de voces disidentes, cada uno atendió su juego: Patricia Bullrich salió a defender(se), el socialista K Ariel Basteiro aprovechó la oportunidad para relanzar sus dardos a Lilita y el titular del PS nacional, Rubén Giustiniani, debió dar, una vez más, explicaciones. “Nunca integramos la CC, por lo tanto, respetamos las estrategias. De hecho, hicimos un acuerdo programático para las elecciones y mantenemos una articulación de trabajo en el Parlamento”, recordó el senador socialista. El interbloque CC-PS, de momento, no tiene fisuras y seguirá trabajando en conjunto, con Cortina incluido. “Evidentemente, en el arco de la oposición hay distintas posturas. Nosotros respetamos las posiciones de los distintos dirigentes”, se mostró salomónico Giustiniani. Sin embargo, destacó que el PS tiene una “posición única”.

Desde el socialismo K, Basteiro aprovechó las diferencias internas para meter cuña. “Vemos un acercamiento en las posiciones a las nuestras. Lo que ellos sostienen es lo que nosotros decíamos hace un año. Por esto mismo, fuimos duramente criticados por ellos. Pero hoy están aceptando que Carrió tiene posturas de centroderecha y que hay que conformar un bloque autónomo, algo que yo les propuse hace tiempo”, dijo a Página/12 el dirigente del socialismo bonaerense. Aunque sus declaraciones no parten de un acercamiento real ni a Giustiniani ni a Cortina.

“No estamos de acuerdo con lo que plantea Basteiro. La realidad nacional es más compleja de como la quiere simplificar él. Ellos no quieren un socialismo autónomo, sino satélite del kirchnerismo. Y eso no lo compartimos”, le devolvió el propio Cortina, quien aclaró que eso “no quiere decir que no tenga críticas a la CC. Pero las manifiesto en el ámbito en la ciudad”. En verdad, las críticas del titular del PS porteño hasta ahora no se dirigieron a Carrió, sino a Enrique Olivera, el jefe de la bancada de la CC en la Legislatura. Una bancada que el socialismo no integra.