EL PAíS › ENFRENTAMIENTO ENTRE MOYANO Y CAVALIERI EN LUJAN
La disputa entre camioneros y mercantiles por conducir la central sindical volvió a aflorar. Ayer hubo un paro y una movilización en Luján. La búsqueda de apoyos en el Gobierno.
› Por Miguel Jorquera
El enfrentamiento por el control de la CGT tuvo un clásico ayer en Luján: la disputa entre camioneros y mercantiles por el encuadre sindical de los choferes de un corralón de materiales para la construcción. Esta vez, los hombres de Hugo Moyano tuvieron una dura resistencia. Las cámaras empresarias de la ciudad adhirieron al paro y movilización del gremio de los Empleados de Comercio con el cierre de sus locales y con afiches en sus vidrieras que proclamaban “no a las patotas, sí al trabajo lujanense”. La pelea que se libra en diversos ámbitos laborales y sindicales también se proyecta a la Casa de Gobierno, en busca del amparo del paraguas oficial. Moyano estuvo en la quinta presidencial de Olivos y encabezará la delegación de la cúpula cegetista que se reunirá oficialmente el martes que viene con Cristina Fernández de Kirchner. Armando Cavalieri, pope de los mercantiles y uno de los “gordos” que conspira para eyectar al líder de la central obrera, también visitó algunos despachos de la Rosada el viernes pasado.
La marcha que los mercantiles realizaron ayer a la mañana por la calles de Luján estuvo cargada de símbolos. Unos 500 trabajadores se movilizaron desde la sede del gremio hasta la intendencia, donde presentaron el reclamo gremial que también contó con la adhesión de los comerciantes. Aunque no fueron solamente los locales céntricos los que cerraron sus puertas. Las principales cadenas de comercialización –Carrefour, Disco, Día y Eki– también cerraron sus supermercados.
“Fue un reclamo pacífico y masivo de toda la sociedad lujanense contra el avasallamiento del gremio de los camioneros, que amenaza con dejar a 70 trabajadores en la calle con el cierre de 10 corralones”, dijo a Página/12 Sergio Gauna, secretario general de los mercantiles de Luján. Gauna tuvo el apoyo de varios dirigentes de la federación sindical y el secretario de prensa del gremio, Angel “Polo” Martínez, fue el encargado de transmitir las palabras de Cavalieri, que no estuvo en la marcha. “Vamos a discutir con quien sea el encuadramiento de los trabajadores en el marco legal que corresponda”, afirmó Martínez en una clara advertencia a Moyano.
El conflicto en MJ Materiales comenzó a fines de diciembre. El propio hijo del mandamás de la CGT, Pablo Moyano, fogoneó el reclamo por el traspaso de los choferes del corralón a su gremio, que hasta entonces eran considerados “parte de la cadena de comercialización”. Los propios empresarios encabezaron la resistencia contra lo que calificaron como una “extorsión” de los camioneros: coordinaron el cierre de sus comercios y amenazaron con no volver a abrir las fuentes de trabajo. Desde entonces, “Pablito” desapareció de los pagos de la Basílica, pero sus hombres montaron un piquete que todavía bloquea el acceso al paralizado corralón.
“Venden humo. Prometen a la gente que van a ganar 4 o 5 mil pesos para lograr el encuadre sindical por la fuerza. Pero son pequeños comercios que tienen 3 o 4 trabajadores y ponen en riesgo las fuentes de trabajo”, insistió Gauna sobre “el atropello de los camioneros”.
La réplica no se hizo esperar. “Los trabajadores llevan décadas trabajando en negro y Empleados de Comercio nunca hizo nada para terminar con esa situación. Las patronales se manejan como en la época de la esclavitud y el gremio mercantil sólo se interesa en tener afiliados para recaudar y hacer caja”, se justificó ante Página/12 Pablo Osuna, el secretario general de los camioneros de Luján.
La disputa entre los gremios se llevó puesto al delegado local de la Subsecretaría de Trabajo bonaerense y se coló en la interna peronista lujanense. Los mercantiles afirman que la intendenta Graciela Rosso apaña a los camioneros. Cerca de Rosso dicen que los mercantiles “jugaron” con el derrotado ex intendente Miguel Prince en las elecciones de octubre.
Pero ésta no fue la única disputa en la zona entre camioneros y mercantiles, que se reproduce en casi todo el país. La poderosa seccional Luján de los camioneros –la segunda de la provincia, con 8 mil afiliados– obligó a la empresa Cisilotto (también de materiales para la construcción) a traspasar a todos sus choferes al sindicato de Moyano.
Con la bandera de terminar con la rapiña entre los gremios, los mercantiles aglutinaron a varios sindicatos y encabezaron la reorganización de la CGT regional, que dejó afuera a camioneros y sus socios de UPCN. Pero Moyano nunca reconoció la nueva conducción. La misma bandera que a nivel nacional enarbola Cavalieri para juntar al sindicalismo más ortodoxo –desde el llamado grupo de los “gordos” hasta los gremios que reúne el gastronómico Luis Barrionuevo– para ponerle fin al liderazgo de Moyano al frente de la CGT cuando éste termine su mandato en junio. Una batalla para la que ambos bandos ya juntan soldados.
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