EL PAíS › COTI NOSIGLIA, NEGOCIADOR EN EL REDISEÑO K
Está trabajando para acercar a los radicales K y unificar a la UCR. Kirchner quiere que colabore en el diseño del nuevo sistema político. Circularon versiones de una reunión.
Su nombre, o mejor dicho su sobrenombre, volvió a escucharse como nunca en estos días. Con un tono que sugiere cierto reconocimiento, el influyente Enrique “Coti” Nosiglia –quizás el operador político más famoso del radicalismo– se está convirtiendo en el centro de las conversaciones de funcionarios y dirigentes del kirchnerismo. Su experiencia como negociador parece haber ganado rating luego de que Roberto Lavagna se dejara fotografiar con Néstor Kirchner en la quinta de Olivos. Autodefinido como un obrero del radicalismo, Nosiglia está siendo seguido de cerca para colaborar en el rediseño del sistema político con el que sueña Néstor Kirchner. La idea del ex presidente consiste en reorganizar y normalizar los dos partidos mayoritarios, el peronismo y el radicalismo, y revivir así el bipartidismo que por años caracterizó al sistema político. Esta semana, Nosiglia estuvo conversando del tema con el intendente mendocino de Godoy Cruz, Alfredo Cornejo, radical K. Incluso hubo quienes aseguraron que Nosiglia llegó a dialogar con el propio Kirchner. Consultados por Página/12, desde el entorno más cercano al ex ministro del Interior lo negaron.
El regreso de Nosiglia a la negociación política parece ser una de las consecuencias del inesperado anuncio de Lavagna de que participará en la reorganización del PJ. El cambio de escenario debilitó al titular del Comité Nacional de la UCR, Gerardo Morales, y cebó a los radicales K en su cruzada por recuperar la conducción del partido (ver página 4). La novedad dejó a Nosiglia en un lugar expectante. Tanteado por varios emisarios del kirchnerismo, el Coti aceptó trabajar por el regreso al partido de los correligionarios que se habían ido a la Concertación Plural. Nosiglia se reconoce amigo de los gobernadores de Río Negro, Miguel Saiz, y de Santiago del Estero, Gerardo Zamora. Con ellos compartió más de treinta años de militancia en la Junta Coordinadora Nacional.
Como radicales K, Saiz y Zamora renunciaron al partido y sus distritos fueron intervenidos por el Comité Nacional. Junto con el ex delarruista Rafael Pascual, Nosiglia está trabajando para reincorporarlos a la UCR. Los correligionarios que participaron de la Concertación Plural se reunirán a finales de marzo en la localidad de Junín. Buscan imponer la reafiliación de todos los radicales y la elección por voto directo de las nuevas autoridades. Tras el acuerdo con Lavagna, el propio Kirchner está siguiendo de cerca el nuevo escenario que se abrió para el radicalismo. El futuro de la UCR es uno de los temas que se han debatido en las vidriadas oficinas de Puerto Madero que se convirtieron en el bunker del ex presidente. Ubicadas en el edificio Costero, las oficinas fueron concedidas por el titular de IRSA, Eduardo Elsztain, tras un expreso pedido del empresario Cristóbal López.
Esta semana el mendocino Cornejo mantuvo una ronda de consultas con dirigentes de Buenos Aires. Ex ministro de Seguridad de su provincia, Cornejo es uno de los hombres de confianza del vicepresidente Julio Cobos. Conoce muy bien a otro mendocino, el asesor presidencial Juan Carlos “Chueco” Mazzón, quien tuvo bastante influencia en la decisión de Kirchner de presidir el justicialismo. Mazzón y Cornejo compitieron en su provincia. El primero apoyó casi en soledad al actual gobernador Celso Jacque y se llevó la victoria. El radical perdió junto con su candidato, César Biffi, delfín de Cobos. En una de las reuniones que tuvo en Buenos Aires, Cornejo comentó que había estado con Mazzón y Nosiglia. Cobos y Kirchner estaban al tanto de la serie de reuniones. Allí se habría discutido la estrategia para que los radicales K vuelvan al partido.
Quienes estuvieron cerca de él en los últimos días dicen que Kirchner está preocupado por la situación económica en Estados Unidos. El ex presidente teme que la recesión provocada por la crisis de los créditos inmobiliarios pueda terminar afectando el crecimiento argentino. En el Gobierno incluso hubo quienes recordaron que el efecto del Tequila llegó a la Argentina con dos años de retraso. Ese escenario incierto en el corto plazo, sostienen fuentes que suelen visitar el bunker de Puerto Madero, habría llevado a Kirchner a preocuparse por la gobernabilidad de los próximos años. “Eligió garantizar un sistema de partidos bipartidista para enfrentar cualquier problema”, dijo a Página/12 un habitual visitante de las oficinas del Dique 2. El propio Kirchner hizo llegar su acuerdo para que Nosiglia trabaje en ese rumbo. El radical está de acuerdo.
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