EL PAíS • SUBNOTA › GOBIERNO Y RURALISTAS SE INVITAN A RECAPACITAR
› Por David Cufré
“Nos llamaron para negociar, pero hasta que no levanten el paro no hay diálogo posible”, dijeron desde el Gobierno. Las entidades del campo transmitieron la versión opuesta, que fueron el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el secretario de Agricultura, Javier De Urquiza, quienes se pusieron en contacto con ellos para tender puentes, pero que les respondieron que la única posibilidad de levantar la medida de fuerza es que se dé marcha atrás con las retenciones móviles. Cada parte busca demostrar que permanece inflexible y en una posición de fortaleza, con la esperanza de que la otra afloje primero. En el medio, los intentos de negociación por ahora son tibios.
Entre los ruralistas hay quienes plantean seguir el lockout por tiempo indeterminado. Aseguran que las bases lo están pidiendo a los gritos. Esos dirigentes consideran que en esta oportunidad los productores alcanzaron un grado de unidad elevado y que están dispuestos a seguir la lucha todo lo que haga falta. “Esta es la gran batalla contra las retenciones”, argumentan. Sin embargo, el bloque agropecuario no es homogéneo. Coninagro y Federación Agraria, que representan a cooperativas y a pequeños y medianos productores, deslizaron que podrían rever la continuidad del paro si el Gobierno definiera algún mecanismo de compensaciones para ese segmento de campesinos.
Fuentes oficiales no cerraron la puerta a esa posibilidad. Dijeron a este diario que “de acá para adelante se pueden analizar distintas opciones, pero las retenciones móviles no se tocan”. “Si recapacitan, estamos dispuestos a debatir todo lo que quieran”, insistieron. De Urquiza, el secretario de Agricultura, es quien muestra mayor disposición a bajar los decibeles del conflicto, pero no tiene margen político para avanzar muy lejos en las negociaciones.
La línea que bajó desde la Casa Rosada es salir a confrontar, a dar el debate frente a la opinión pública. El primero en responder a las críticas de los ruralistas fue el ministro de Economía, Martín Lousteau, quien anteayer se prestó a una inusual ronda de entrevistas radiales. Su discurso fue que el campo disfruta de “hiperganancias” y que las retenciones móviles dan previsibilidad a los productores, dado que subirán si los precios internacionales de los granos aumentan y bajarán en caso contrario. Tras él siguió Alberto Fernández, quien también es lógico que intervenga en la discusión por ser un vocero habitual del Gobierno. Pero la prueba de la vocación política de trenzarse con los ruralistas la dio el comunicado que emitió el ministro del Interior, Florencio Randazzo, quien incursionó en un área lejana a su ámbito de acción directa. La manifestación que prepara el diputado Edgardo Depetri para el próximo martes es otra señal en la misma dirección.
La lectura que hacen desde el Gobierno es que las entidades del campo son poco representativas y que no podrán sostener un paro por tiempo indeterminado, debido a que cargarían con un costo alto frente a la ciudadanía si hubiera desabastecimiento de alimentos. Los dirigentes rurales, en cambio, creen que el mayor desgaste lo está padeciendo el Gobierno.
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