Clarín y La Nación se ocuparon de las clausuras del 21 de abril de 1978 en sus respectivos editoriales. El primero, en sus párrafos más salientes señaló:

- “Una vez más es necesario salir a la palestra para defender en la Argentina la libertad de prensa. Ello parece contradictorio con la situación que en realidad se vive. Los órganos periodísticos se manejan con prudencia. El Gobierno no ejerce presiones indebidas”.

- “Si se tratara del imperio del arbitrio, la prensa tendría que atenerse a ese dato de la realidad. Pero aquí se trata de algo totalmente diferente. De un proceso que se orienta al ensanchamiento de los métodos de participación en busca de una confluencia cívico-militar en un marco de estricta unidad de las fuerzas armadas”.

Por su parte, el diario fundado por Bartolomé Mitre opinó:

- “La sanción a los dos diarios tiene fundamentos análogos. Ambos recogieron con carácter de trascendido una noticia que el poder público reputa inexacta. Se puede coincidir con esta apreciación en tanto carece de asidero la afirmación de que el teniente general Videla haya sido proclamado presidente por el ejército, pero la sanción obliga a ciertas precisiones conceptuales”.

- “Lo que debe ser analizado no es que el Gobierno puede invocar facultades legales para clausurar periódicos (...) sino la reacción gubernamental ante hechos propios de una realidad donde los sobreentendidos pretenden formar una maraña que oscurece la ley”.