“Mi padre siempre estuvo dispuesto a acudir a la Justicia. Pero, para ello, debe estar en condiciones de hacerlo, cosa que hoy no sucede, porque padece un problema en la glándula carótida, a la altura de la mandíbula”, dijo en declaraciones periodísticas Ricardo Bussi, hijo del represor Antonio Domingo Bussi. El ex diputado de Fuerza Republicana pretendía así descalificar el informe de un médico del equipo forense (Raúl Assial) de la Justicia federal, que determinó que su padre no tendría impedimentos para afrontar declaraciones indagatorias. Según Bussi hijo, sin embargo, ese parte data de “hace 25 días” y no contemplaba “el problema” de “la carótida” por el cual, alegó, “debe ser sometido cuanto antes a una tomografía computarizada”. El represor cumple prisión preventiva pero en su casa (gracias a sus problemas cardíacos) por media docena de secuestros, desapariciones y asesinatos durante la dictadura militar, en los tiempos en que encabezaba en Tucumán la Quinta Brigada de Infantería, entre 1976 y 1977. Una de las causas, aquella en la que se investiga la desaparición del ex senador provincial peronista Guillermo Vargas Aignasse, ocurrida en marzo de 1976, ya fue elevada a juicio oral por el juez federal subrogante Daniel Bejas y sólo falta que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal fije la fecha para el inicio de las audiencias.