No se estaba refiriendo a las declaraciones de los funcionarios judiciales suizos que confirmaban la existencia de dos cuentas en bancos de ese país cuando dijo “esto ya pasó, esta película ya la vimos y no quiero verla de nuevo”. Estaba criticando la devaluación y agitando el viejo fantasma de la hiperinflación. Fantasma al que conoce de cerca. “Si no se cambia rápidamente el rumbo económico, el país se dirige hacia una hiperinflación similar a la de los años 80”, dijo Carlos Menem a través de un documento político.
Si hay un enmascarado que no se rinde ese es precisamente el ex presidente. Apenas llegado de su “luna de miel” no sólo sembró el terror a otro proceso inflacionario sino que también insistió en que “la dolarización es la única salida”. Consideró que su propuesta de convertir a la moneda norteamericana en la moneda nacional es “una opción que se impone por la fuerza de los hechos”.
Las opiniones del riojano fueron en su condición de todavía titular del Consejo Nacional del PJ. No criticó la concertación pero la relativizó al supeditarla a “su propuesta económica”. Aclaró que la emisión monetaria es una “solución para el momento” y reclamó que “se profundicen las reformas realizadas por su gobierno en la década del 90” porque “es lo que recomendó el presidente estadounidense George Bush a la Argentina en la OEA”. Su handicap golfista no es tan conocido, pero su memoria está mostrando todas sus debilidades.