Bajo una intensa lluvia, cientos de personas participaron ayer del acto de la agrupación Memoria Activa, la que más duramente cuestionó al Estado, los gobiernos y la Justicia argentina por la falta de resultados en la investigación del atentado contra la AMIA. Frente al Palacio de Tribunales, y después de escuchar el conmovedor sonido del shofar, el instrumento milenario con el que se convocaba al pueblo, hablaron el rabino Daniel Goldman (ver aparte), el titular de Red Solidaria, Juan Carr, la integrante de Ciudadanos de la Plaza Elena Di Carlo, y la dirigente de Memoria Activa Diana Malamud, que en el ataque perdió a su esposo, Andrés.

“Hace 14 años el Estado argentino abrió la puerta de ingreso a la guarida más perfecta del laberinto de la impunidad –señaló Malamud—. En la gestión de Carlos Menem, pero también con sus sucesores Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde nos encontramos con puertas y calles que se fueron cerrando.”

“Ninguna calle ni encrucijada de este laberinto fue creada al azar, fue una construcción planeada y pensada por cada uno de los actores”, subrayó Malamud, e imputó en esa acción a “todas las instancias comunitarias y gubernamentales que se replican mágicamente a imagen y semejanza de ellos. El laberinto de la impunidad sigue en construcción también en la actualidad. Advertimos igualmente que la responsabilidad del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner debe plasmarse día a día hasta que la causa AMIA quede esclarecida y todos los asesinos intelectuales y materiales, cómplices y encubridores vayan a la cárcel”.

En el acto de Memoria Activa estuvo presente el presidente de la AMIA, Guillermo Borger, el vicepresidente Tomás Saiegh, y en la Plaza Lavalle se armó un enorme laberinto con fotos del ex juez Juan José Galeano, los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia, el ex titular de la DAIA Rubén Beraja, varios iraníes y otros integrantes del Estado argentino que armaron el “laberinto” denunciado por Memoria Activa.