El Ministerio de Infraestructura dejará de existir, aunque sus secretarías subsistirán bajo la órbita de la Presidencia de la Nación. Esta es una de las más firmes decisiones adoptadas por el Gobierno en la reorganización del Estado que recién comienza. De esa manera, las secretarías de Transporte, Obras Públicas, Energía y Comunicaciones abandonarán el Palacio de Hacienda, del que formaron parte tradicionalmente hasta que la Ley de Ministerios aliancista las reubicó en el organigrama como apéndices del nuevo Ministerio de Infraestructura. Pero, a pesar de esa mudanza, la estratégica renegociación de los contratos de empresas públicas privatizadas, seguirá siendo competencia de Economía. Su titular, Jorge Remes Lenicov, será el máximo responsable del rediseño contractual que tendrá como punto de partida la decisión de desligar las tarifas del dólar y fijar una nueva fórmula de ajuste hacia el futuro. Este cambio entrañará otros referidos a los planes de inversión y demás condiciones propias de los acuerdos celebrados con las adjudicatarias de ex empresas estatales.