EL PAíS • SUBNOTA
› Por Horacio Verbitsky
A raíz de la nota Preguntas, publicada aquí el domingo, el presidente del Banco Central, Martín Redrado, difundió un comunicado de prensa. Sostiene que la suspensión por un mes del encaje no remunerado del 30 por ciento durante un año al ingreso de fondos por más de dos millones de dólares mensuales sólo se aplica a ventas realizadas en el exterior por residentes argentinos y no a los ingresos por endeudamientos externos o a los ingresos de no residentes. Agrega que esta medida, que vence la semana próxima y que desde el Poder Ejecutivo se observa con lupa, “en nada modifica la política de desaliento a los ingresos de capitales de corto plazo, generalmente identificados como especulativos”. La suspensión se debe “a los cambios operados en el comportamiento del mercado cambiario” y a las nuevas regulaciones para “evitar que este tipo de canales sea utilizado para el ingreso de fondos de terceros no identificados. Entendemos que por el lado de los ingresos las normas permiten asegurar actualmente la transparencia de las operaciones declaradas por los residentes”. Ya antes el Banco Central había exceptuado de ese encaje (que dispuso el ex ministro Roberto Lavagna en 2005) a los fondos externos de residentes destinados a la inversión, por cualquier monto. “Con respecto a la crítica de que esos ingresos buscan ganancias especulativas de corto plazo”, sigue Redrado, “en todo momento el Banco Central evalúa las distintas posibilidades”. No es el único. Un análisis del mercado monetario que circula en despachos centrales del gobierno sostiene que la recuperación forzada de la oferta de dinero mediante el crecimiento inducido de los depósitos especulativos “es una espada de Damocles porque al vencimiento de los depósitos se requerirá un nuevo aumento de tasas para retener la masa especulativa” y que la economía está pagando “tasas exorbitantes con spreads crecientes”, cuando la demanda de dinero “no se apuntala con un aumento sino con una reducción de las tasas”, mientras la caída del tipo de cambio “aumenta y no reduce las expectativas de devaluación”. Una voz muy familiar se comunicó con el presidente del Central para decirle: “Te estamos mirando”. El propio Redrado se muestra escéptico hacia la operación de Massa por instalarlo en el ministerio de Economía. La semana pasada se lo dijo así a un interlocutor crítico de las avanzadas del establishment sobre la economía: “Vos y yo tenemos una coincidencia básica. No queremos que yo sea ministro”. Las uvas están verdes.
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