“Es difícil la tarea que me ha tocado, pero la asumo con responsabilidad. Ya he pasado por otros momentos similares.” El nuevo jefe de la Bonaerense, que comenzó su carrera en 1980, durante la dictadura militar, se refirió al hecho de asumir el cargo cuando redoblan los reclamos, de algunos sectores, por la “inseguridad”. Juan Carlos Paggi recordó que “no fue una tarea fácil” la que le tocó cuando fue designado director de la Escuela Juan Vucetich, “después de la fiesta del milenio”, en diciembre de 2000, cuando 347 cadetes de la Bonaerense, en la fiesta de graduación, provocaron desmanes que terminaron con robos, hurtos y destrozos en la sede de la escuela policial. “Hubo que bregar por reinstalar el plan académico, insertar nuevamente la escuela después de lo sucedido.” En mayo de 2005, la investigación judicial quedó virtualmente cerrada, sin imputados y con muchos de los cadetes incorporados a la fuerza.

“Asumo con responsabilidad la tarea actual. Me encanta lo que hago y no le puedo restar voluntad en estas circunstancias. Me preparé toda la vida policial para llegar a esto.” Paggi ingresó a la Policía Bonaerense en 1980 con el grado de oficial ayudante. Su primer destino fue la comisaría segunda de Mar del Plata y después fue a General Conesa. Luego ocupó un cargo docente en el Liceo Policial, un instituto de formación de nivel medio. Mientras regresaba al área de seguridad, en forma paralela hizo el profesorado de Ciencias Políticas “con el advenimiento de la democracia”. Se recibió en 1988 como licenciado en Ciencias Políticas. También tiene el doctorado en Ciencias Sociales y en Ciencias Jurídicas. Ya con el grado de subcomisario fue designado director del Liceo Policial. Después llegó su designación en la Vucetich. En 2004 ocupó el cargo de jefe departamental de Seguridad en la ciudad de La Plata, donde estuvo dos años. “La Plata es una ciudad particularmente difícil, donde los jefes no duran mucho. Es la capital del Estado más importante de la república y tiene una conflictividad social muy importante. Comúnmente, nadie quiere ir a La Plata, la esquivan. Yo no la esquivé. De los 18 jefes departamentales designados por (León) Arslanian en ese momento, yo fui el que duró más tiempo en el cargo.” A los dos años pidió cambio de destino y lo mandaron a la Jefatura Departamental de Seguridad de Almirante Brown.