–¿A quién votó por primera vez?

–A Alfonsín. En 1983, a los 26 años. En el ’73 no llegué porque tenía 17. Después tuve que esperar diez años para volver a votar.

–¿Cuál fue su peor decepción?

–La Alianza. Fuimos profundamente antimenemistas durante diez años y creíamos que con la Alianza veníamos a cambiar la política. Fue una decepción de la que fui parte.

–¿Alguna vez cortó boleta?

–En 1991 voté a Alfredo Bravo para diputado nacional y no a Fernando de la Rúa, que era el candidato radical. El resto dejé la boleta de la UCR. Luego, la primera vez que no elegí al radicalismo para presidente de la Nación fue en 1995, que voté Bordón-Alvarez. La crisis de identidad del radicalismo hizo que muchos radicales votáramos al Frepaso.

–¿Tiene cábala para el día de la elección?

–No. En general, los días de votación estoy trabajando y ayudo a fiscalizar. Me acuerdo de aquella primera elección del 1983 que trabajé todo el día. La verdad, no pensaba que el radicalismo pudiera ganar, pero trabajé tanto que después, cuando se supo que habíamos ganado, estaba tan agotado que ni pude salir a festejar.