La presidenta Cristina Kirchner, junto a su par chilena, Michelle Bachelet, mantendrán una audiencia conjunta con el papa Benedicto XVI en el Vaticano el próximo 29 de noviembre para conmemorar el acuerdo de paz que ambos países firmaron hace 25 años que clausuró el conflicto limítrofe por el canal de Beagle.

El anuncio corrió por cuenta del embajador argentino ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero, quien no pudo precisar si además de esta audiencia la Presidenta mantendrá un encuentro individual con el Papa para tocar asuntos bilaterales. “Todavía no está previsto”, respondió.

Cafiero señaló que las conversaciones para este encuentro comenzaron el año pasado, cuando se decidió hacer dos actos para subrayar la “concordia y vocación pacífica” de Argentina y Chile, y para agradecer la mediación de Juan Pablo II que en 1978 evitó un conflicto armado, y la posterior firma en 1984 del Tratado de Paz y Amistad. “Estos hechos fueron engrandeciendo el papel del Vaticano en aquellos años, por ello se conmemoró el año pasado el inicio de la mediación que evitó una guerra fratricida, y ahora vamos a conmemorar y reafirmar los 25 años que sellaron la paz”, puntualizó.

En diciembre de 2008, Cristina Kirchner y Bachelet conmemoraron los 30 años del inicio de la mediación papal con un acto en el paso fronterizo Monte Aymond. En los meses previos al evento hubo versiones acerca de que Benedicto XVI asistiría a la celebración, pero finalmente fue representado a través de un enviado, el cardenal y arzobispo de San Pablo, Odilio Pedro Scherer.

La confirmación de la reunión en Roma puede leerse como una confirmación de la mejora de las relaciones entre el gobierno argentino y el Vaticano luego de la tensión surgida a propósito de unas declaraciones del obispo castrense Antonio Baseotto, quien quería ponerle una piedra al cuello y tirar al mar al ministro Ginés González García. Esa controversia, dicho sea de paso, continúa sin resolverse: el reemplazante de Baseotto nunca fue nombrado, pero el obispado continúa funcionando.

Las relaciones volvieron a endurecerse cuando la Santa Sede rechazó la designación de Alberto Iribarne como embajador porque era divorciado. El Gobierno mantuvo durante varios meses la representación diplomática sin embajador hasta que finalmente envió allí a Juampi Cafiero, rápidamente aceptado por el Vaticano. Ambos gobiernos dieron entonces muestras de querer normalizar las relaciones. Pese a ello, nunca hasta ahora se había hablado de la posibilidad de una reunión de la Presidenta con el Papa.

Incluso, Néstor Kirchner fue el único presidente desde el retorno de la democracia que no cumplió con el rito de peregrinar hasta la Santa Sede para mantener una audiencia. No fue a las exequias por el fallecimiento de Juan Pablo II, aunque luego, junto a Cristina Kirchner, viajó para participar de la ceremonia de asunción de Benedicto XVI, en abril de 2005. En cambio, para Michelle Bachelet, que es evangélica, será su segunda audiencia con el Papa, luego de la que mantuvieron en octubre de 2007.