Luego de los resultados de las elecciones, el oficialismo también deberá afrontar un panorama complicado en la Cámara alta, donde perdió la mayoría propia e incluso quedó apenas por debajo de la línea necesaria de 37 bancas para tener quórum por sí solo. El bloque K conservará 36 senadores, con lo que a pesar de seguir siendo la primera minoría se verá obligado a buscar alianzas para poder promover sus proyectos. El Acuerdo Cívico y Social aumentó su representación de 16 a 21 senadores, mientras que el PJ disidente mantuvo sus nueve escaños. Los seis restantes quedarán repartidos entre el ARI fueguino (2), el Frente Cívico de Luis Juez (2), el socialismo santafesino y el Movimiento Popular Neuquino.

Los números son contundentes: de las ocho provincias en las que se elegían senadores, el Frente para la Victoria sólo pudo imponerse en tres: Tucumán, Chubut y La Pampa.

Córdoba, Corrientes y Mendoza fueron los distritos donde se concretó la sangría K. En la provincia mediterránea, donde el oficialismo ponía en juego dos bancas, Luis Juez cumplió con los pronósticos y se impuso en la contienda, mientras que el radicalismo representado por Ramón Mestre (h) le arrebató el segundo puesto a Eduardo Mondino, candidato del gobernador Juan Schiaretti. El kirchnerista Eduardo Acastello quedó en un lejano cuarto lugar.

En Corrientes también fue cero de dos. El tercer lugar alcanzado por el justicialismo lo dejó lejos del partido Frente de Todos, la fuerza del gobernador Arturo Colombi con el apoyo del cobismo, y también del segundo puesto, que quedó en manos del humorista radical Nito Artaza, con apoyo del ex gobernador y primo del actual, Ricardo Colombi. En la tierra del vino, el vicepresidente Julio Cobos se anotó una victoria que refuerza sus aspiraciones de cara a 2011. Allí también el oficialismo arriesgaba dos lugares, y el pálido segundo lugar obtenido, casi 20 puntos por debajo, sólo le valdrá por un lugar en la Cámara alta.

La victoria en Tucumán, en donde el kirchnerismo había sido minoría en la última elección de senadores, le dio un poco de aire, al incorporar un representante más. Allí, le arrebataron las dos bancas a la bussista Fuerza Republicana. La otra quedó en manos del Acuerdo Cívico y Social, que en la previa disputaba ese escaño con el PRO y sus socios, entre los que figuraban algunos desertores de la fuerza del ahora condenado Antonio Domingo Bussi.

En Chubut y La Pampa, las victorias del PJ sólo revalidaron escaños que ya eran propios, al igual que el segundo lugar que el kirchnerismo logró en Catamarca, donde se quedó con la banca que hasta el 10 de diciembre ocupará Ramón Saadi. En Santa Fe, no resultó sorpresivo el tercer lugar K. Allí, el Gobierno no se jugaba ninguna banca propia y la disputa se limitaba a si el bloque reutemista de Santa Fe Federal mantenía las dos que ostenta o el PS –que tiene la otra–, le ganaba la representación mayoritaria en la provincia con un final, al cierre de esta edición, todavía incierto.

Salvo los porcentajes que se dieron en cada una de las ocho elecciones provinciales que dirimían las bancas del Senado, nada hacía prever otro destino para el oficialismo en la Cámara alta. Los K mantendrán 36 escaños, uno menos que los 37 necesarios para alcanzar el quórum propio y la mayoría más uno de la Cámara, aunque con muy pocos aliados para alcanzar esa cifra. Quizá el más firme sea el solitario representante del Movimiento Popular Neuquino, Horacio Lores. Ahora, la agenda parlamentaria requerirá de acuerdos mucho más amplios.