Ni pintar por el recinto. Esa fue la decisión del núcleo duro de la oposición ante la votación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que reemplazaría a la vigente desde la última dictadura. El peronismo disidente, Unión-PRO, la UCR y la Coalición Cívica se fueron retirando por tandas e hicieron una conferencia de prensa para cuestionar la votación de la ley, a la que no votaron ni en contra, porque la consideraron “viciada de nulidad”. “Esta es una decisión de toda la oposición”, sonrió Francisco de Narváez. La UCR habló de “extorsión, apriete y condicionamientos” del Gobierno. Luis Barrionuevo y compañía se declararon “en contra de los monopolios”.

Sin la CC, los 31 diputados peronistas disidentes hicieron una conferencia de prensa junto a los radicales y Unión-PRO. “Esta sesión está viciada de nulidad y esto es evidente, ya que no se respetaron los plazos mínimos para el tratamiento de una ley tan importante para el país”, aseguró Jorge Sarghini (PJ disidente). El jefe del bloque de PRO, Federico Pinedo, estipuló que “el Senado debería considerar que no es un proyecto de ley y debe volver a Diputados”. “Esta es una ley diseñada para que los Kirchner pongan los dueños de los medios para los próximos veinte años. No hay nada más importante que la soberanía del pueblo y su derecho a criticar a los gobernantes, y eso es lo que está en juego. No tiene sentido este apuro”, estimó el diputado macrista.

“No queremos ni el monopolio privado ni el monopolio del gobierno de turno”, se atajaron los peronistas disidentes. Sarghini reconoció a Página/12 que la idea de irse y no votar “es una decisión política, pero hay un argumento estrictamente reglamentario por el cual decidimos no avalar la sesión. Aunque no soy de los que creen que la Justicia resuelva estas cosas”. “La decisión la tomamos alrededor de las 16. Primero decidimos no dar quórum y después decidimos retirarnos como forma de no avalar con el voto esta ley. Fue el fin de todo un proceso de un debate traído de los pelos y a los empujones”, relató Sarghini.

“Se ha coartado la libertad para ejercer la opinión sobre esta ley, cuando el despacho de la mayoría fue presentado a última hora de la noche sin ninguna posibilidad de que la oposición pudiera leerlo o criticarlo”, se quejó Oscar Aguad, jefe del bloque de la UCR. “El kirchnerismo tuvo que habilitar en horario extraordinario la mesa de entradas. Además, es práctica parlamentaria que si a los 30 minutos no se obtuvo el quórum, la sesión se cayó. Esta sesión empezó una hora y media después”, enumeró el cordobés. En tanto, la conducción del radicalismo, encabezada por Gerardo Morales, sostuvo que con la ley de medios se “vuelve a lo que más le gusta al kirchnerismo: la extorsión, el apriete y los condicionamientos”.

En busca del Oscar, el demócrata mendocino Omar De Marchi aseguró que “esta ley de medios huele a coproducción venezolana-argentina, con el libro escrito en Venezuela y reformado en Olivos”. “Me resisto a ser parte de esta telenovela que necesita como mínimo 129 extras”, sostuvo, y antes de irse desafió “a cualquier diputado a que demuestre que conoce con exactitud la norma que se pretende aprobar”.

Luego de un pequeño debate sobre si convenía quedarse y votar en contra o directamente irse, el bloque de la CC (sin el GEN) decidió sumarse a los que optaron por la retirada. Lo hicieron por separado del peronismo disidente, del PRO y el radicalismo, y sin ofrecer una conferencia de prensa. “Al debate nunca faltamos, pero no convalidamos las violaciones reglamentarias, ni de las más mínimas leyes de convivencia”, afirmó ante este diario el diputado Fernando Sánchez. “Dimos el debate, establecimos nuestra posición a favor de la libertad de expresión, y del papelón que se hagan cargo el Frente para la Victoria y algunos otros bloques.”

–¿Como el socialismo?

–Cada uno es muy libre de votar lo que quiera. Pero los argumentos de la presidenta del bloque del socialismo que escuché eran para votar por la negativa y no por la positiva.