DANIEL SABSAY, CONSTITUCIONALISTA:
“Es bochornoso”

“Estos hechos nada fortalecen lo que esperamos que sea un mejoramiento de la imagen de la justicia. Me da pena porque es un hombre de mucha edad, pero esta es una circunstancia de la cual él debió dar cuenta y apartarse mucho antes. Es la obligación que tiene todo magistrado de cualquier jerarquía cuando tiene interés personal y directo en la resolución de un caso, porque ya no va a tener imparcialidad, ya que esto sesga su estado de ánimo y su posibilidad de ver de manera natural, imparcial y equidistante. Esto tiene consecuencias gravísimas porque él ya ha fallado en dos casos. Es un ejemplo bochornoso. Esto no lleva de ninguna manera a creer en lo que dice la Corte, si un miembro de dicha Corte no cumple reglas que son fundamentales para cualquier magistrado. Existe una posibilidad amplísima de juzgar a un magistrado por mal desempeño ya que aun una falla de tipo ético en aquel que debe juzgar puede tener tal gravedad que puede invalidarlo para en el futuro seguir conduciendo ese cargo”.

GREGORIO BADENI, CONSTITUCIONALISTA:
“Es su decisión”

“Nadie está habilitado para entrometerse en la decisión privada, íntima del ministro Fayt y de juzgar su decisión. Desde el punto de vista jurídico, entiendo que no había razón para excusarse, como no la tuvieron centenares de jueces que están en el corralito y que no se excusaron de intervenir en cuestiones atinentes o vinculadas a este proceso económico. En primer lugar, el magistrado no está obligado a excusarse porque no tiene juicio contra el Estado. El no promovió ninguna demanda ni ningún amparo por el corralito. En segundo lugar, porque la ley lo exceptuaba a él de las personas a las cuales no se les reintegraba el dinero. Nos estamos introduciendo en la intimidad de una persona. Con ese criterio cada vez que los jueces de la Corte intervienen en un asunto sobre luz, gas, teléfono o petróleo también se tendrían que excusar. Todo el corralón fue una gran violación a un derecho humano como es el derecho a la propiedad privada. No creo que el cumplimiento estricto de lo que dicen las leyes sea perjudicial para una sociedad”.