EL PAíS
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Seis miradas sobre un símbolo
- Eduardo Tato Pavlovsky, dramaturgo: “El pañuelo es emblemático y el gesto de entregarlo es dar protagonismo generacional a los HIJOS. Aparte de la herencia cultural, estética y ética del pañuelo, el gesto de entrega también va a producir una resingularización. Está bien que los emblemas circulen por la gente y que las Madres le hereden a los HIJOS ese símbolo que fue tan fundamental en la lucha ética y política contra la dictadura que produjo tanta subjetividad, como la ronda de las Madres alrededor de la Pirámide de la Plaza de Mayo y que se expandió por el mundo como símbolo de la resistencia e identidad cultural. La delegación a otra generación es una magnífica oportunidad para que esos valores resistenciales a un sistema despótico y a las democracias injustas socialmente se recreen en los HIJOS. Este gesto es un gesto de creación”.
- Roberto Cossa, dramaturgo: “La entrega del pañuelo de las Madres a los HIJOS es un gesto típico de las Madres, quienes a su vez heredaron de sus hijos sus convicciones de luchar por un mundo mejor. La entrega que hacen ahora a estos nuevos hijos es una continuidad de la lucha por un mundo fraternal y solidario que ellas expresan más que nadie”.
- Patricio Contreras, actor: “Este gesto conmovedor es de un alto grado emocional por lo que simboliza el pañuelo. Lo que los HIJOS han tomado como herencia y mandato ahora se explicita de esta manera simbólica. Los pañuelos sintetizan una tragedia entre esas Abuelas de hijos y nietos desaparecidos, que con estos nietos cierran un círculo, que espero que como todo círculo no se permita de ninguna manera su ruptura. En ese círculo se cierra algo férreo, fuerte y definitivo. Este es un gesto definitivo de estas dos generaciones que se unen”.
- Daniel Goldman, rabino: “Este es un acto de reconocimiento de finitud, y un acto de finitud demuestra grandeza. El acto de grandeza siempre se traduce en memoria, por lo tanto, esta lucha de las Madres de querer seguir significa la posibilidad de entregar a otros el legado. De este modo los desaparecidos no mueren, sino que vuelven a aparecer en la memoria de los hijos. Esperemos que esto continúe como forma de recuerdo para que nunca más vuelva a ocurrir lo que pasó. La continuidad del mandato de memoria es siempre una lucha fundamental contra el olvido”.
- Cipe Lincovsky, actriz: “Entregarles el pañuelo es como abrazarlos, es darles una gran caricia porque los HIJOS representan a los hijos de ellas. No hay mejor forma de abrazar y besar a su propio hijo que abrazar y besar a los hijos de los hijos y entregarles el símbolo de la lucha”.
- Luis Majul, periodista: “Este gesto es plantar una semilla de memoria y principios para que no ocurran más las desapariciones y no vuelva más la dictadura. Pero más allá del gesto simbólico, lo importante es la lucha de las Madres que es la más consecuente y coherente de todas en Argentina. Es una lucha de principios y valores profundos. Que le dejen este símbolo a los HIJOS significa que su lucha va a seguir presente. No es un gesto melancólico que refleja el mero paso del tiempo. Esto va a permanecer hasta que algún día tengamos un país serio, no una republiqueta”.
- Joaquín Morales Solá, periodista: “Los desaparecidos son un tema irresuelto en Argentina y este problema tiene que pasar de una generación a otra. En España los nietos de los muertos de la Guerra Civil están desenterrando cadáveres. Hasta que no se resuelva el paradero de los muertos nadie puede imaginar que el problema puede terminar en Argentina. El mandato de lucha fundamental es el de conocer el paradero de los desaparecidos, qué pasó con ellos y en qué condiciones fueron asesinados”.
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