–¿Tiene alguna cábala para el Mundial?

–No, ninguna. Soy incrédulo de las cábalas.

–Faltan 34 días para que comience el Mundial y algunos ya estamos nerviosos. ¿Cuáles son sus expectativas?

–La verdad que, desde que Maradona dejó de jugar con la 10, la Selección no me motivó del todo. El último Mundial que seguí con pasión fue el de 1994. Aunque cuando estuvo Riquelme en la Selección de Pekerman me motivó. Lo que pasa es que soy más hincha de Boca que de la Selección, aunque eso no significa que sea más hincha de Boca que argentino. Y ahora, con Diego de técnico y una delantera tan potente, con Milito, Messi, Tevez, Higuaín y Agüero, todo hace que se encienda la llama del entusiasmo.

–¿Le gusta ver los partidos solo y concentrado? ¿O prefiere rodearse de afectos para calmar los nervios?

–Es un buen momento para reunirse, siempre que los partidos caigan en fin de semana. Si no, veremos los partidos con los compañeros del despacho.

–Si a la Argentina le va bien en el Mundial, ¿eso favorecerá al Gobierno?

–Favorecería al ánimo de la gente. Sería importante porque Clarín no va a tener la posibilidad de ofrecer ese desá-nimo permanente que quiere imponer hoy. Pero va a favorecer al Gobierno en la medida en que éste mantenga las políticas que está llevando adelante, políticas que mejoran la vida de los más postergados.