No hace falta mucho para saber que hay preguntas sin respuestas. Precisamente ayer el fiscal Jorge Di Lello formuló una de esas requisitorias a los dirigentes del PJ. Le demandó a las autoridades partidarias que le respondan qué medidas están llevando adelante para que se concreten las elecciones internas que el Consejo, controlado por el menemismo, había establecido que deberían concretarse el 23 de febrero.
Para el fiscal, la decisión de la realizar internas en el peronismo, se mantiene vigente. Por eso le preguntó a las autoridades partidarias qué estaban haciendo para que ellas se concreten. La requisitoria también pretende establecer si los justicialistas están dando todos los pasos necesarios para tener un candidato en las elecciones nacionales del 27 de abril. Di Lello elevó su opinión al juez federal Norberto Oyarbide, que está cubriendo la ausencia, por vacaciones, de la magistrada con competencia electoral María Servini de Cubría.
Las medidas judiciales son en respuesta a una presentación alentada por el menemismo, sector que insiste en la realización de las internas partidarias. En este punto el duhaldismo es coro uniforme que señala que los comicios internos no deben realizarse. En este camino quienes se encolumnan con Eduardo Duhalde han utilizado todas las variantes posibles. Desde cuestionar la limpieza de los padrones de afiliados, hasta apoyados en la malhadada experiencia del radicalismo, poner de ejemplo la “fragmentación política” como un impedimento. Por lo pronto los duhaldistas aseguran que el Congreso partidario, que ellos controlan, podrían reunirse dentro de 10 o 12 días para suspender la convocatoria a elecciones internas. De esta manera propiciaría que todos los candidatos del PJ pudieran presentarse en forma separada en los comicios nacionales del 27 de abril. Claro si es que éstos se realizan.
El chaqueño Jorge Capitanich le puso palabras a las dudas duhaldistas. “Sería un papelón internacional si se hacen las internas sin un proceso que garantice la transparencia”.