- Sin culpa. “Tengo varios años de psicoanálisis en el lomo, así que no me enojo. Sigo tratando de saber quién soy. No me enojo con Naroski (sic). Voy a terapia los lunes y los jueves”, contó Rolando Echave. “Yo tendría que estar en terapia ahora”, le confesó a continuación Eduardo Epszteyn. “Yo nunca me psicoanalicé”, se sumó Fernando Sánchez. Para completar el cuadro clínico, el testigo habló de su salud: “Estoy con divertículos. Les iba a mandar la tomografía, pero iba a salir en los diarios y dije ‘no’”.

- Los Ibarras. “¿Usted lo conoció a Aníbal Ibarra?”, preguntó Fabio Basteiro, de Proyecto Sur. “Perdón, a Andrés Ibarra”, se corrigió. Pero ya era tarde: el macrista Martín Borrelli se levantó triunfal. “¡Que quede constancia! ¡Esta vez, no fuimos nosotros!”, se divirtió.

- Conocido. “A usted lo conozco”, lo sorprendió Rolando Echave a Eduardo Epszteyn. El legislador se quedó perplejo. “Por la tele”, aclaró. “Usted tiene cara de estar peor que yo”, le lanzó al radical Rubén Campos. Luego sorprendió con un ataque de enojo (“¡Hay indigencia y la Legislatura no sesiona!”) y finalmente los endulzó: “Les di una alegría, porque vine”. Dejó alguna que otra frase para la posteridad: “Mi suegro sufrió una muerte súbita, lo que le hizo dejar su actividad, calculo. Después volvió de la muerte súbita, lo reanimé yo”.

- Figurita repetida. El macrista Fernando de Andreis se empecinó en repetir todas las preguntas que le habían hecho al testigo. “Llegaste tarde. Ya contestó”, se sulfuró Raúl Fernández. “Lo voy a volver a preguntar, porque tengo derecho a preguntar lo que quiera”, se ofuscó De Andreis.