Mauricio Macri ya había cuestionado, en mayo último, los preparativos para los festejos del Bicentenario en la Avenida 9 de Julio. “Va a ser un desastre, yo ya me hice mucha mala sangre”, dijo el jefe de Gobierno el 11 de mayo, cuando habían comenzado los trabajos para instalar el escenario y los stands para la muestra que se prolongó durante cinco días, desde el 21 al 25 de mayo.

“No se puede cerrar la 9 de Julio. Se han embarcado en un diseño de festejos y stands enormes, necesitan desembarcar con mucha anticipación y van a ocasionar muchos problemas de tránsito”, agregó de viva voz, ante la prensa, durante un acto. Los problemas existieron, en alguna medida, pero nadie se acordó de ellos días después, cuando la celebración convocó a millones de personas que disfrutaron del festejo.

Ayer, el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, se ocupó de recordar aquellos dichos, proyectando un video con las declaraciones de entonces del jefe de Gobierno, tan parecidas a las actuales. Y aprovechó para pasar la factura por su nula participación en aquellos festejos. “Participaron todas las provincias, menos la ciudad de Buenos Aires, fueron los únicos que no hicieron stand, lo tuvimos que armar nosotros”, reprochó el funcionario.

El reclamo apuntaba al ministro de Cultura porteño, quien había sido designado por Macri para coordinar el trabajo con Nación, y quien no hizo aportes a ese megaevento. Los funcionarios nacionales se preocuparon en destacar la colaboración, tanto en mayo como ahora, del ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli.

Una comparación entre ambos eventos permite saber que esta muestra será mayor que la celebración de mayo. Mientras el Paseo del Bicentenario involucraba 10.000 metros cuadrados de construcción en 10 hectáreas, Tecnópolis demanda la edificación de 12.000 metros cuadrados en 13 hectáreas.