EL PAíS • SUBNOTA › ENRIQUE MARTíNEZ, TITULAR DEL INTI
El presidente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), Enrique Martínez, delineó ante Página/12 sus propuestas para tratar el problema del trabajo en condiciones de semiesclavitud. Proyectos del Gobierno para industrializar el agro, la tecnología como generadora de trabajo de calidad y la necesidad de brindar a los trabajadores golondrina empleo en sus pueblos fueron algunos de los puntos abordados.
–¿Qué se le puede ofrecer a un trabajador golondrina para que se quede en su pueblo?
–El Estado debe hacer un esfuerzo en construir un tejido industrial en donde la gente vive para evitar que migre. Por citar un caso, en Villa Atamisqui, en Santiago del Estero, hay cerca de tres mil personas cuyo trabajo es migrar cada año. Allá se podría aprovechar el río Dulce, que lo tienen a cinco kilómetros, donde nunca se hizo un canal nivelador ni un sistema de riego que permita sembrar en la región. Haciendo eso, emplear a esa gente sería un juego de niños.
–Los golondrinas reducidos a servidumbre se abocaban al desflore manual de maíz, ¿qué opción tecnológica existe a esa tarea?
–Hay diversos equipos para esa tarea, que obligarían a sembrar de otra manera. Se perdería algo de superficie sembrada y a lo mejor algo de eficiencia. Pero no se aplica por un tema de costos, ya que es un máquina de bajo retorno porque se usa pocas semanas al año. Esta gente contrata para emplear a destajo y si hay trabajadores que se ofrecen le dan para adelante.
–El uso de tecnología de punta, como la utilizada para producir soja, ha despoblado grandes zonas rurales. ¿Cómo se combina tecnología de avanzada con más y mejor trabajo?
–La tecnología despobladora de la soja desplaza la mano de obra. En muchos lugares se dejó de producir leche, que requiere gran cantidad de mano de obra calificada. Pero podemos industrializar la soja, no sólo hacer harina y aceite. Por ejemplo, usarla para engordar animales y producir alimentos en escala regional.
–¿A dónde debemos mirar para buscar modelos?
–En Australia y Nueva Zelanda hay una utilización de la tierra con fin industrializador. Así se generan más oportunidades de trabajo calificado. Allí la mecanización del agro elimina el trabajo físico y eleva la calidad del empleo.
–Pero la maquinaria por sí sola no resuelve la cuestión...
–Hoy las cuadrillas que utilizan maquinaria que vale millones de dólares también trabajan día y noche, y no ven a sus familias. Esta maquinaria no resuelve el problema porque está asociada a los pools de siembra y a un modelo que generó el mercado.
–Entonces, ¿qué se debe hacer para revertir este modelo productivo?
–Si el modelo implica baja calificación laboral y alto esfuerzo físico, ese sistema de producción no sirve. Debemos crear un programa para reducir el trabajo golondrina y sus situaciones colaterales. Si para trabajar sólo queda migrar, no hay sociedad con futuro.
–¿Hubo avances desde el Gobierno en ese sentido?
–Hemos hecho un acuerdo reciente, que es muy potente, con los ministerios de Trabajo e Industria y el INTA. La Presidenta ya instaló la idea de agregar valor en origen. Los responsables ejecutivos todavía no logramos plasmar ese discurso en acciones concretas, pero estamos cerca.
Informe: Leonardo Rossi.
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