La senadora cercana al gobernador Mario Das Neves, Graciela Di Perna, desató la tormenta cuando pidió en la sesión del Senado de ayer una cuestión de privilegio para condenar al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, por sus dichos sobre la elección en Chubut. El kirchnerista santacruceño Nicolás Fernández replicó que el escrutinio fue “un bochorno” y pidió aprobar un proyecto de comunicación para que se cuente “voto por voto”. “Que se abran las urnas y que se cuenten los votos, en todos los casos: Córdoba, Chubut y quien sea. Uno está preparado para ganar o perder, pero no para que te roben”, se sumó el cordobés Luis Juez, que recordó su experiencia en 2007. “Ahora Chubut está en la mira de todo el país”, reflexionó el radical chubutense Mario Cimadevilla, quien pidió que “sirva de ejemplo para que esto no se repita en la Nación. El PJ debe actuar responsablemente y dirimir sus internas dentro de las fronteras de su partido”. El peronista federal Adolfo Rodríguez Saá sostuvo que algunos funcionarios nacionales “se extralimitaron”, reclamó que el Senado no se inmiscuya en las autonomías provinciales y pidió que el tema pase a comisión. Otro puntano, Daniel Pérsico, le apuntó justamente a Adolfo al recordar otros “graves ataques a la democracia”, como cuando “en San Luis no dejaron asumir a cuatro diputados opositores con títulos”. Cimadevilla intentó terciar en la disputa y propuso rechazar “todo el proceso electoral” en Chubut. El oficialismo primero se entusiasmó con la idea, pero luego insistió con el pedido de apertura de todas las urnas. Para imponerlo necesitaba de los dos tercios de los presentes, y el oficialismo consiguió 39 de los 42 necesarios. La disputa ahora continuará en las comisiones.