Hace poco declaró en el juicio de plan sistemático de apropiación de niños. ¿Fue su segunda declaración judicial después del juicio a las Juntas?

–Declaré también en La Plata por el tema de los chicos desa-parecidos. Pero creo que los dos testimonios en mi país –porque también lo he dado en Italia– no sólo por la institución sino por mi caso particular han sido el de los ‘80, en el juicio a las Juntas y ahora con el plan sistemático de robo de bebés.

–¿Cuánto la movilizó?

–Yo estoy acostumbrada a contar toda la historia, incluyendo la mía. Pero esta metodología didáctica o docente que hago, al igual que otras Abuelas, trato de hacerla como despojándome de que se trata de mi caso, porque si no, por la asiduidad con que lo hago, estaría quebrada. Sin embargo, el lugar del estrado, donde están los jueces, el espacio del juzgado es de una sensación mucho más fuerte, además de que acarrea una gran responsabilidad en cuanto a decir todo, no olvidarse, no confundirse porque eso va a ir a un expediente que va a juzgar y condenar a responsables. A mí me invadió mucho la emoción, me ayudó que se cortó la luz, estaba muy conmovida y no quise esperar a que se arreglara la luz, porque estaba agotada, muy conmovida. Vi que otras Abuelas que son tan duchas como yo les pasó lo mismo. Es el dolor particular de cada uno, lo que sabemos que es irreparable. Esperamos que avance. Los jueces están trabajando muy bien y ayudan mucho los fiscales.

–¿En la causa Noble esperan ahora la definición de la Corte?

–Esperamos que la Corte esté dispuesta a darle un final pronto. Que defina lo que corresponda, porque es lo que dice la ley y que lo haga lo más rápidamente posible.