EL PAíS
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De San Lorenzo a San Martín
› Por Diego Schurman
Cuando no hace política, José Pampuro se entrega a sus hobbies. El deporte y la lectura son las prioridades. Pero también se convirtió en un
meticuloso investigador de la vida de José de San Martín, a tal punto que en su estadía en Inglaterra –donde nació su afición a la pipa– ocupó gran parte de su tiempo en interesarse sobre aspectos de la vida del Libertador.
–¿Qué hace fuera de la Casa Rosada?
–Mi pasión es el fútbol. Soy hincha de San Lorenzo. De mis tres hijas, las dos más chicas son fanáticas, futboleras a muerte. Ellas van solas a la cancha –la menor tiene 17 años–, suelen ir a la tribuna. Heredaron de mí ese fanatismo.
–¿También juega al fútbol?
–Desde que estoy en el Gobierno dejé. Pero jugaba muy bien (se ríe, agrandado). Soy armador, como en la política. Duhalde juega adelante, pero es bastante malo jugando al fútbol. Pero hay que decir que es bueno porque es el Presidente. Pero no le dejamos ganar el partido. Es más, grito los goles en la cara. Tampoco me dejo ganar al ajedrez, que también juego. Por ahí declino alguna actitud en la política.
–¿Qué jugador le gusta?
–Mi Dios es Maradona.
–No lo diga fuerte porque con Duhalde no se lleva muy bien.
–Ahí se coló otra cuestión. Pero una de las cosas que voy a poder contar orgulloso a mis nietos es que yo vi jugar a Maradona.
–¿Lee?
–Historia argentina, mucho de San Martín. He hecho averiguaciones personales en Inglaterra, durante mi residencia, sobre la vida de San Martín. Y tomé contacto con Rodolfo Terragno, que también es un apasionado del tema y escribió cosas muy interesantes al respecto. Investigué e investigo sobre la vida de San Martín. Esa tarea nunca se agota, siempre hay cosas por saber.
–Los estrategas políticos suelen adular a Maquiavelo.
–No, no es mi caso. Yo prefiero a San Martín.
Nota madre
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