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El primer licuador
› Por Horacio Verbitsky
El principal deudor privado al sistema financiero beneficiado con la pesificación 1 a 1 es Pecom Energía SA, que debía 350 millones de dólares a los bancos Francés, Del Lavoro, Río y HSBC. Según las investigaciones del área de economía y tecnología de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, el grupo Pérez Companc surgió durante el primer gobierno peronista con actividades petroleras y financieras y luego se expandió al sector agropecuario, la industria, la construcción, la petroquímica y los servicios. Para ello fueron fundamentales los distintos mecanismos estatales de transferencias de ingresos. A través de sus empresas controladas y/o vinculadas (Banco Río,Compañía Naviera Pérez Companc, SADE, Petrolera Pérez Companc, Aguila Saint, Pesquera San Carlos, Electromecánica Argentina, Pesquera Santa Margarita, Inversora Patagónica, Alto Palermo y Sade, entre otras), el grupo se convirtió en la década de 1970 en uno de los grandes deudores privados con bancos transnacionales, por más de 900 millones de dólares. Como era de práctica, ese monto fue represtado a tasas superiores en el mercado interno. En la década de 1980 muchas de las firmas del grupo se acogieron al proceso de estatización de la deuda externa privada vía seguros de cambio.
Su capital de trabajo surgió de los subsidios por promoción industrial a sus empresas Petrosur, Pasa y Petroquímica Cuyo, y de los sobreprecios que el Estado y varias empresas públicas pagaban a las contratistas del grupo, Sade y Pecom-Nec. El crecimiento patrimonial nutrido por este vínculo con el Estado fue espectacular. En 1973 el grupo estaba formado por diez empresas, que se convirtieron en 53 al terminar la dictadura, en 84 al promediar la presidencia de Alfonsín y en 149 durante la primera presidencia de Menem. Con Alfonsín participó en los planes Olivos y Houston para incrementar su producción petrolera. Durante la primera presidencia de Menem fue uno de los grandes beneficiarios del desguace del Estado, mientras que en la segunda realizó esas ganancias, que ahora Duhalde a valorizado y le permitirán obtener nuevos beneficios extraordinarios.
Para intervenir en las privatizaciones de la década de 1990 repatrió parte de sus capitales de los paraísos financieros del Caribe y contrajo deudas, que ahora está licuando. Esto le permitió aumentar la integración vertical de sus actividades. Por ejemplo: era uno de los principales contratistas/proveedores de ENTel y formó parte de los dos consorcios ganadores de su privatización (Telefónica y Telecom); era un importante productor petroquímico y aprovechó la liquidación de YPF, Gas del Estado, Agua y Energía, Hidronor y Segba. Es decir, se quedó con empresas a partir de las cuales abastecerse de los principales insumos energéticos involucrados en la industria petroquímica.
Su integración vertical es plena en energía eléctrica. Participa en la propiedad de la Hidroeléctrica Pichi Picún Leufú, la Central Termoeléctrica Genelba y Urugua-í en el segmento de generación; Edesur en distribución; y Transener, Transba, Yacylec y Enecor en transporte. Asimismo, tiene parte en la propiedad de Combustibles Nucleares Argentinos y Fabricación de Aleaciones Especiales.
Las ventajas de la integración vertical son obvias: Pecom-Nec, que había sido proveedora de equipos para ENTel, lo continuó siendo para Telecom y Telefónica mientras digitalizaban sus redes. Cuando ya no quedó nada más por digitalizar Pérez Companc vendió su participación en Pecom-Nec y luego también se desprendió de sus participaciones en las dos telefónicas, con ganancias extraordinarias, muy superiores a las de sus otras empresas.
En febrero de 1997, Pérez vendió su parte en Telefónica de Argentina por un monto superior a los 500 millones de dólares. Sumados a las ganancias, por unos 190 millones de dólares, que obtuvo por su participación en la empresa, suponen un rendimiento de la inversión inicial del orden del 40 por ciento anual. A mediados de 1998, vendió en 109 millones de dólares su parte en Metrogas, por la que había pagado 52 millones. Estos beneficios, más las ganancias corrientes obtenidas en Metrogas, implican un rendimiento de la inversión del orden del 28 por ciento anual. En julio de 1999, vendió su participación en Telecom Argentina por un monto cercano a los 400 millones de dólares. El rendimiento de la inversión en este caso fue del 24 por ciento anual.
También salió de importantes empresas, como la constructora SADE, el Banco Río de la Plata, Alto Palermo o Pecom-Nec. Con una parte del capital resultante creó el Pérez Companc Family Group, un fondo de inversión quese dedicó al sector agroindustrial: compró Molinos Río de la Plata, Aires, Abolio y Rubio, Molfino, la bodega Nieto Senetiner, y grandes extensiones de tierra. Realiza actividades forestales y posee uno de los mayores aserraderos del país, el San Jorge , en Misiones. A través de Pecom Agropecuaria, Pérez Companc SA y Goyaike SA, posee alrededor de 200 mil hectáreas en cinco provincias, en las que se dedica a agricultura, ganadería, tambo y acopio de cereales. Una cuarta parte de esas tierras están en la pampa húmeda. Según su balance siembra 22.000 hectáreas en campos propios con una producción de 76.000 toneladas; posee 57.000 cabezas de ganado y produce siete millones de kilos de carne al año; ordeña 3200 vacas que rinden 22 millones de litros de leche por año. Invirtió otra parte de sus ganancias en el desguace del Estado en las privatizaciones de petróleo en Ecuador, Venezuela y Perú y de gas en Bolivia y Brasil, de modo que cerca de la mitad de las reservas de petróleo y gas del grupo están fuera de la Argentina. También posee una refinería en Bolivia y una petroquímica en Brasil.
Sus actividades en el conjunto del sector energético presentan un importante grado de integración vertical: participa en la propiedad de importantes yacimientos gasíferos y actúa en la generación termoeléctrica. En petróleo está en los segmentos de producción y transporte, almacenamiento y embarque; en gas, en los segmentos de producción y transporte; en electricidad, en los segmentos de generación tanto hidroeléctrica como térmica, de transporte y distribución. Derivado de todo lo anterior es un importante actor en la industria petroquímica. Tanto por sus producciones industriales como por su participación en el sector energético y su significativo perfil agroindustrial, en la estrategia del grupo tienen un peso decisivo las exportaciones. La devaluación dispuesta por Duhalde colma sus aspiraciones.
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