- “Existe una mente diabólica que seleccionó las piezas del rompecabezas y sigue sin ser identificada. Alguien con incalculables conocimientos de las mafias civiles y policiales, acceso a información restringida y contactos relevantes”.
- “El atentado tuvo lugar gracias a una red inteligencia articulada por elementos radicalizados del régimen imperante en Irán en el marco de la exportación de los postulados de la revolución iraní por el mundo. Se han manejado decenas de hipótesis, pero al ir progresando, ninguna dejó tan en claro la existencia de un grupo organizado como la que tenía como eje primordial a Moshen Rabbani, el agregado cultural de Irán en la Argentina. Esa pista no fue caprichosa ni antojadiza. Argentina fue fértil para instalar una estructura de inteligencia con personas vinculadas a los organismos oficiales de Irán”.
- “La dogmática que Irán dice que utiliza el Estado argentino para acusarlo de la responsabilidad del atentado sin prueba alguna, es la misma que aquel país utiliza para señalar al sionismo o a los judíos como autores del ataque en Buenos Aires”.
- “La política exterior de los años ‘90, que no es judiciable, pudo haber influido en su conjunto de alguna manera para colocar a la Argentina dentro del mapa de objetivos terroristas. Se frustró la venta de una planta de agua pesada a Irán, se enviaron naves a la Guerra del Golfo y el ex presidente Carlos Menem pudo causar malestar por su viaje a Israel”.
- “De ninguna manera tengo la intención de realizar un cuestionamiento a la religión ni a la difusión de los preceptos del Islam, como así tampoco herir susceptibilidades entre sus fieles. El Islam no engendra terrorismo ni tampoco lo aprueba”.
- “El testigo A de la Triple Frontera reveló que el atentado fue organizado desde allí por un colombiano converso al Islam, Samuel Salman El Rada. Ese sujeto se casó con una argentina –también fanática del Islam– y poco después del atentado contra la AMIA toda su familia emigró al Líbano. Galeano ordenó que se profundice la investigación sobre El Rada.”
- “En el informe de la SIDE sobre el atentado de la AMIA se habla de una casa segura, de un automóvil de apoyo y de que la operación se filmó. Todas esas afirmaciones generaron diligencias que hasta ahora no produjeron resultados. Las conclusiones del informe de la SIDE están basadas en dichos de informantes, sin corroborar, como el caso de la identidad del suicida, sus pasos en la Triple Frontera y en Buenos Aires”.
- La relación de la pista internacional con la conexión local se explica para el juez a través de los lazos existentes entre los actuales cinco acusados de partícipes necesarios con los elementos radicalizados en Buenos Aires. El acusado ex comisario Juan José Ribelli viajó a la Triple Frontera, aunque él alega que lo hizo por motivos turísticos y no se le ha podido probar lo contrario. El armador de autos truchos, Carlos Telleldín, viajó a Misiones después del atentado. Argumenta que se escapaba de una persecución policial y hasta ahora tampoco se pudo comprobar otra cosa. También Galeano argumenta que la hermana de Ribelli, Ana María, y su esposo, el comisario Inspector José Ojeda tenían amistad con Eduardo Reinoso, hijastro de Miguel Tarik Barcia, un comisario que conoció a Rabbani y realizó extensas visitas a una mezquita de Cañuelas. “Todo eso es muy llamativo y permite inferir la existencia de los lazos entre aludidos o preguntarse en todo caso si éste es el reino de las casualidades”, escribió Galeano.