Se presentan en las primarias fórmulas presidenciales para todo el país, tomado como distrito único. También candidatos en las 24 provincias para reemplazar la mitad de la Cámara de Diputados, 130 bancas. El Senado se renueva por tercios, o sea, a razón de ocho distritos por turno electoral. Esta vez, les toca a Buenos Aires, Santa Cruz, Formosa, Jujuy, La Rioja, San Juan, San Luis y Misiones.

Ese es el contenido de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). Además, en cuatro provincias hay internas para los cargos provinciales: Buenos Aires, San Luis, San Juan y Entre Ríos. En esta última, que hace excepción, la participación no es obligatoria. Se eligen gobernadores, legisladores provinciales, intendentes, concejales y alguna categoría propia de cada distrito, moldeada por el sistema federal.

Por su rango, Buenos Aires concita la mayor atención. Más del 37 por ciento del padrón nacional es decisivo en cualquier compulsa. La vastedad de la oferta y, sobre todo, la competencia “por abajo” (intendencias, senadores y diputados) insinúan (acaso garantizan) un escrutinio trabajoso y lento. Para cualquier proyección nacional es forzoso contar con un alto caudal bonaerense escrutado, ergo, es presumible que los primeros cómputos carezcan de ese ingrediente esencial.

El gobernador Daniel Scioli se juega mucho, con dos competidores a los que supera pero que le restan hoy: el diputado Martín Sabbatella, con colectora (“por afuera”), el intendente Mario

Ishii (“por adentro”). Sus ambiciones relativas divergen: Scioli va por la reelección, le gustaría sacar más votos que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en su feudo. Sabbatella aspira a una elección decorosa que propicie que avance con su armado a mediano plazo. Ishii quiere mostrar presencia. Conseguir minoría (25 por ciento de los votos válidos justicialistas) sería un sueño antes que un deseo.

Otra competencia interna, no sincerada pero candente, se jugará hoy entre los diputados Ricardo Alfonsín y Francisco de Narváez. Juegan en ligas distintas pero en las tiendas de ambos se tomará nota acerca de los porcentajes y posiciones respectivos. La normativa los obliga a seguir juntos, pero guarismos muy diferenciados podrían incidir en el diseño (y la conducción) de la próxima etapa de campaña.