EL PAíS • SUBNOTA › TAMBIéN LO ACUSA SU EX ABOGADO
› Por Raúl Kollmann
En la impactante denuncia de Lorena Martins contra su padre, aparece como letrado actuante el abogado Claudio Lifschitz, quien trabajó para Raúl Martins en México y antes de eso, tras un paso como abogado de la Policía Federal, tuvo un papel de importancia en la causa AMIA. Cuando el atentado era investigado por el entonces juez Juan José Galeano y el poderoso ex jefe de la Brigada Antiterrorista, Jorge “El Fino” Palacios, este último recomendó a Lifschitz para que fuera secretario de Galeano. El magistrado lo aceptó con cierta desconfianza, porque eran tiempos de feroces internas entre la Federal y la SIDE y dentro de la misma SIDE.
A partir de 1997, los familiares de las víctimas denunciaron que la investigación del ataque registraba gravísimas irregularidades y que no existía verdadera decisión política de investigar. Eran épocas del gobierno de Carlos Menem. Poco tiempo después, los familiares, agrupados en Memoria Activa, iniciaron una denuncia por esas irregularidades ante la Justicia argentina, pero también ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Fue en ese momento que Claudio Lifschitz pegó el portazo y declaró ante la Justicia que Galeano y el gobierno de Carlos Menem desviaron intencionalmente la investigación, dirigiéndola hacia los policías bonaerenses, cuando el archienemigo de Menem era, justamente, el gobernador Eduardo Duhalde. La declaración de Lifschitz fue de importancia para dejar al descubierto las maniobras en el caso AMIA. El expediente por las irregularidades en la investigación del atentado sigue hasta ahora y en la actualidad está listo para ser elevado a juicio oral. Tal vez las audiencias empiecen este año.
En aquel entonces, hubo numerosas acusaciones contra Lifschitz. Su ex esposa lo demandó y reveló que llevaba un holgado tren de vida en Nueva York, con lo que sugirió que o bien recibía fondos de la Federal para ir contra la SIDE o bien de un sector de la SIDE para ir contra otro sector de la agencia de inteligencia.
De forma sorpresiva, en 2006, Lifschitz se presentó ante el juez Ariel Lijo y reveló que hacía siete años que trabajaba para el ex SIDE Martins, tanto en lo que tuviera que ver con los prostíbulos de la Argentina como con los de Cancún. Lifschitz señaló que Martins lo presionaba para cambiar su testimonio en el caso AMIA y que, además, lo habían tiroteado. Desde entonces, está con custodia.
Lifschitz también terminó denunciando a Martins por sus actividades en Cancún, lo que produjo un enorme escándalo en aquel país, al punto que llegó a la tapa de uno de los principales diarios mexicanos, Reforma.
Ahora, el ex secretario de Galeano vuelve a aparecer en escena. Se ve que en sus actividades como abogado de Martins terminó conociendo y trabando relación con Lorena, la hija del supuesto zar de la prostitución. Ambos conocen la trama muy de adentro. Lifschitz porque fue el abogado de los locales, y Lorena porque en el último año –según dijo ante la Justicia– se mostró cercana a su padre para ver cómo se manejaban las cosas y la forma en que Martins les ocultaba a su mamá y a sus hermanos toda su fortuna.
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