–¿Qué está leyendo?

–Recién terminé el libro de Miguel Bonasso sobre minería, El Mal. Y después tengo el que siempre les recomiendo a mis hijos: Las fuerzas morales, de José Ingenieros, como libro de cabecera.

–Si tuviera la agenda libre y la plata necesaria, ¿a dónde se iría de vacaciones?

–Soy un amante de los Esteros del Iberá. Es Africa sin elefantes. Son maravillosos, voy ahí y me relajo. Y si no, no conozco China y me gustaría ir.

–¿Turismo aventura o vacaciones de descanso?

–No, mis vacaciones son en Bella Vista, en mi pueblo. Me tomo un vino, preparo la carnada, a la tarde me voy a jugar al fútbol. Lo mío es el fulbito, el vinito y el polvito... (Risas.)

–¿Recuerda algún amor de verano?

–Todas las madres de mis hijos fueron en verano.

–¿Fue o iría alguna vez a una playa nudista?

–No, no, no quiero pasar vergüenza...

–¿Cuáles son sus tres gustos de helado?

–Dulce de leche, me encanta, y algún chocolate. En eso sí soy conservador.