La lista “parcial” de casos de violaciones a los derechos humanos denunciados ayer en un documento presentado ante el Gobierno por Amnistía Internacional tiene un número arbitrario: 33. Son 33 a modo de ejemplo de las diferentes modalidades de represión, tortura y muerte que se aplican en el país. El número real podría llegar a mil, o superar los mil, según han denunciado ya organismos nacionales de derechos humanos como la Coordinadora Contra la Represión Policial –Correpi–, tampoco recibida por el gobierno de Fernando de la Rúa cuando días antes de su huida los familiares de las víctimas acercaron el informe de 1008 casos de gatillo fácil a la Casa Rosada.
Torturas a menores
Menor I: El 22 de noviembre 2001, dos jóvenes de 15 años denunciaron ante un juez de menores de San Isidro haber sido golpeados y torturados con corriente eléctrica por la policía, después de haber sido acusados de un robo.
Menor II: El 26 de febrero de 2001 en el penal de Chimbas, de la provincia de San Juan, hubo un violento motín que incluyó una fuerte represión policial. Se denunciaron malos tratos y tortura que se dan a los presos y la falta de atención médica adecuada.
Cárcel de máxima seguridad Melchor Romero de la provincia de Buenos Aires: Las condiciones de detención en la cárcel Melchor Romero son crueles, inhumanas y degradantes. Uno de los casos denunciados es el de Jorge Oscar Mareco, quien ha sido víctima de torturas y malos tratos por parte de las autoridades penitenciarias.
Muertes en Río Negro
Verónica Villar, María Emilia y Paula González: aparecieron muertas y abusadas sexualmente en noviembre de 1997 en Cipolletti. Hasta ahora nadie ha sido detenido por el asesinato. Existen fuertes sospechas de participación policial en el triple crimen.
Raquel Lagunas y Sergio Sorbellini: los cuerpos de los jóvenes, de 16 y 18 años respectivamente, fueron encontrados en la localidad de Río Colorado el 13 de marzo de 1989 presentando heridas de bala. Según información pública, habría existido participación policial en el hecho.
Amenazas y hostigamientos a testigos y familiares
Walter Yáñez: el 11 de marzo de 2001, Yáñez, de 19 años, fue muerto por un policía mendocino. Luego, la policía reprimió en su funeral.
Pablo Castillo Palacios: tras iniciar una causa por haber recibido un disparo policial en setiembre de 2001, en Neuquén, Pablo y su familia fueron amenazados y hasta recibieron disparos de armas de fuego.
Olga Lúquez: su hijo, Roberto Agustín, murió por los disparos de unos policías de la comisaría de Tropero Sosa, en Mendoza, en octubre de 1999. La mujer denunció haber recibido repetidas amenazas.
Lidia Zárate: dos de sus hijos murieron como consecuencias de disparos de la Bonaerense. El segundo, Martín González, fue muerto en marzo de 2001 en Tigre, al tiempo que Lidia recibía amenazas por su campaña en busca de justicia por la muerte de su primer hijo, Juan Marcelo.
Vanessa Piedrabuena: es travesti. Recibió ataques y amenazas de muerte por parte de la policía cordobesa por su campaña en reclamo de justicia por el caso de Vanesa Ledesma, una travesti muerta bajo custodia policial.
Carlos Varela, Diego Lavado y Alejandro Acosta: conforman un grupo de abogados mendocinos que representan a familiares de víctimas de violaciones de derechos humanos. En marzo de 2001 sufrieron una campaña de descrédito, amenazas y ataques por parte de la policía de esa provincia.
Violencia policial
Lucas Baigorria Anzorena: con 23 años, en mayo de 2001, fue detenido en un bar de Uspallata, Mendoza, por averiguación de antecedentes. Una vez en la comisaría, recibió golpes y amenazas.
Jorge Daniel Verón y Alberto Mariño: de 16 y 18 años, se encuentran detenidos en el penal bonaerense de Olmos. Según la denuncia de la familia de Verón, los jóvenes fueron atacados a balazos por un policía vestido de civil que luego los culpó de intentar asaltarlo.
Roberto Rojas: en la madrugada del 3 de noviembre de 2001 un grupo de policías de Ushuauaia lo atacó a balazos y golpes de puño bajo la excusa de haberlo visto “correr en una actitud sospechosa”.
Chicos mapuches: en octubre de 2001, un grupo de adolescentes mapuches fueron reprimidos y algunos de ellos detenidos por la policía de Neuquén tras realizar una manifestación frente a la sede de la empresa Repsol-YPF.
Daniel Celesia: chofer de carga, en noviembre de 2001, fue detenido por la Bonaerense sin ningún motivo. En la comisaría de Billinghurst, además de golpearlo, le exigieron 15 mil pesos para no inventarle una causa.
Sebastián Ruiz: el 11 de noviembre de 2001 fue golpeado brutalmente por policías en la comisaría 31ª de General Roca, en Río Negro.
Mario Vargas: fue arrestado en junio de 2001 en la casa de su hermana, durante un allanamiento en el barrio San Martín, de Mendoza capital. Vargas debió pasar 8 horas en un calabozo con rejas electrificadas.
Gastón Galván y Miguel Burgos: ambos adolescentes, de 14 y 16 años respectivamente, fueron detenidos por miembros de la policía Bonaerense el 24 de abril de 2001 en Don Torcuato. Sus cuerpos fueron encontrados al día siguiente atados de pies y manos en un descampado de la zona.
Claudio Rivera: en diciembre de 2001, el joven de 23 años fue asesinado de un balazo por la espalda en una “zona de riesgo” de Córdoba capital. Unpolicía que le había dado la orden de alto le disparó mientras el muchacho corría desarmado.
Aparente uso excesivo de la fuerza
Daniel Grassano y Daniel Ramos: durante un asalto a un bar de La Plata hubo un tiroteo entre dos ladrones y un policía de la Bonaerense, quien, disparando indiscriminadamente, mató a Grassano e hirió a Ramos.
María Emilia Lobo Herrera: el 19 de diciembre de 2001, recibió un impacto de bala en la cara que le fracturó la mandíbula cuando miembros de la policía trataban de hacer un arresto en un restaurante de Catamarca.
Carlos Santillán y José Barrios: los jóvenes, de 16 años, murieron víctimas de disparos efectuados por la Gendarmería Nacional en un corte de ruta realizado en General Mosconi, provincia de Salta, en junio de 2001.
Muertos durante manifestaciones en el mes de diciembre 2001: se denunció la muerte de seis personas en la Plaza de Mayo: Gastón Riva, Rubén Darío Aredes, Gustavo Benedetto, Alberto Márquez, Diego Lamagna y Carlos Almirón. En todo el país se registraron más de 30 muertos incluyendo a los anteriores. Entre las víctimas también se encuentran: Juan Delgado, Claudio Lepratti, Sandra Ríos, Graciela Acosta, Yanina García, Rubén Pereyra, Miguel Pasini, Romina Iturain, Eloísa Paniagua, Diego Avila, Mariela Rosales, Julio Flores, Damián Ramírez, Ariel Salas, Pablo Guías, Roberto Gramajo, Víctor Enrique, Eduardo Legembre, Elvira o Elida Avaca, David Moreno, Ramón Arapi, Walter Campos, Luis Fernández, Juan Torres y Ricardo Alvarez.
Torturas y malos tratos
Juan Ramón González Sosa: el joven, de 21 años, murió en noviembre de 2001 por las quemaduras sufridas en una celda de la Unidad 28 de Magdalena, en Buenos Aires. González Sosa había declarado como testigo sobre las torturas que había recibido otro preso, Daniel Chocobar en la cárcel Unidad 30.
Walter Benítez: apareció ahorcado en el Complejo Penitenciario Nº1 de Ezeiza el 7 de noviembre del 2001, días después de que denunciara haber sido golpeado por los guardias del Complejo.
Detenidos en un paro general: catorce personas fueron detenidas el 8 de junio de 2001 en La Plata durante un paro general. En la comisaría fueron torturados y obligados a permanecer varias horas de rodillas.
Carlos Fabián Ruiz: denunció haber sido golpeado en noviembre de 2001 por miembros de la comisaría 3ª de Trelew, provincia de Chubut, mientras se encontraba detenido por estar en estado de ebriedad en la vía pública.
Nadia Echazú: travesti detenida el 7 de octubre de 2001 por agentes de la Comisaría 25ª de Buenos Aires cuando participaba en una campaña callejera para la prevención del sida. La golpearon y la rociaron con gas lacrimógeno. Una vez en la comisaría la amenazaron con un arma.
F.A. Rodríguez: También travesti. El 19 de octubre de 2001 fue interceptada por una patrulla de la Bonaerense que la detuvo y la golpeó en el trayecto a la comisaría 25ª de la provincia.
Oscar Ariel López: el joven, de 23 años, fue detenido el año pasado dos veces en Mendoza acusado de dos robos. En ambas ocasiones, la policía lo golpeó brutalmente. En la segunda detención, le orinaron la ropa.