EL PAíS
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Panorama de la recta final
A dos semanas de la votación, ¿puede haber cambios importantes? ¿Qué estrategias están siguiendo los candidatos para salir del empate técnico? Página/12 reunió a los principales encuestadores para debatir la campaña.
1 ¿Qué puede pasar de aquí al final de la campaña? ¿Pueden producirse cambios importantes?
Manuel Mora y Araujo, de Ipsos-Mora y Araujo: “Es muy difícil que haya cambios significativos porque hasta el momento la campaña es inocua y todo lo que dicen y hacen los candidatos es previsible. Lo más interesante que pasó hasta ahora es la designación de Roberto Lavagna como eventual ministro de Economía de Néstor Kirchner. Todo indica que vamos al ballottage y ningún candidato pone gran distancia sobre los otros”.
Hugo Haime, de Hugo Haime y Asociados: “Un 55 por ciento de los ciudadanos no tiene decidido a quién va a votar y yo creo que cuando se decidan tendremos una corrida en los últimos días. Por eso puede haber cambios, aunque no puedo determinar en qué sentido. Esto no significa que un candidato va a ganar en primera vuelta, pero sí que ponga más distancia del segundo o que dos de los candidatos aventajen más nítidamente a los demás. Hay sólo un 35 por ciento que tiene su voto decidido en firme, por lo tanto veremos cambios, siempre en el escenario de ballottage”.
Enrique Zuleta Puceiro, de OPSM: “Veo elementos de polarización que se reflejan en la pelea que los tres candidatos peronistas están dando por el electorado peronista. La polarización se está dando entre los tres y, atención, provoca resquemores que pueden producir lo que ya se está viendo, un ascenso de Ricardo López Murphy. Carrió aparece en crisis, con procesos de ruptura. Puede aparecer el voto útil, antimenemista, que puede favorecer a Kirchner. Esto no significa que alguien pueda ganar en primera vuelta, pero está produciendo movimientos por primera vez en esta campaña. También Rodríguez Saá está tallando con una buena presencia en la televisión y sobre todo histrionismo y una parte clave de la ideología peronista, el barriobravismo. Rodríguez Saá juega en ese terreno.”
Graciela Römer, de Römer y Asociados: “Creo que hay pocas perspectivas de cambio de esta especie de cuadruple empate que tenemos entre Rodríguez Saá, Menem, Kirchner y Carrió. Puede producirse alguna pequeña diferenciación, pero no veo que alguno de ellos supere en más del cinco o seis por ciento a los demás. No percibo posibilidades de polarización, puede haber algo de voto útil hacia el final, pero ninguno se corta solo marcando grandes diferencias”.
Artemio López, de Equis: “No va a haber cambios drásticos, pero no descarto que algún candidato pueda establecer alguna diferencia estadísticamente significativa. No veo que ninguno pueda sacarle diez puntos a los demás. Las características de los candidatos hacen que entre los indecisos ninguno pueda trepar demasiado. Veo casi imposible que Menem y Rodríguez Saá crezcan al mismo tiempo. Por el espacio social en el que tienen votos y por el espacio regional que disputan, ninguno de los dos se puede escapar demasiado”.
2 ¿Cuáles son las estrategias
fundamentales en el último tramo de campaña? ¿A quién deben dirigirse los candidatos?
Mora y Araujo: “El voto está muy disperso y dividido. Alguno de los candidatos necesita hablarle a los independientes de clase media, otros necesitan arrancarle votos a sus rivales entre la gente de menos recursos. En general, todos necesitan correrse más al centro. López Murphy lo está haciendo, Menem también fue cambiando su discurso, Kirchner necesita recuperar el voto peronista sin perder a los independientes. Todos tienen una estructura amorfa y necesitan hablar de estabilidad y gobernabilidad, dos conceptos importantes en el último tramo de campaña”.
Graciela Römer: “Estamos en una profunda crisis y en esta elección no hay grandes ejes. En el ‘83, el eje era libertad vs. totalitarismo, en el ‘89 era estabilidad frente a la hiperinflación, en el ‘99 era rescatar laética. Como estamos ante el fracaso de aquella apuesta, hay un vacío. La gente está confundida, no cree en proyectos ni en políticos. Por eso, el debate se da alrededor de los atributos de los candidatos, si son más o menos honestos, si tienen carácter, habilidad, capacidad de gobierno.”.
Enrique Zuleta Puceiro: “Creo que en una estrategia de navegar con las luces apagadas, los candidatos van a empezar a tomar riesgos. Kirchner y Menem ya han tomado dos riesgos: el primero, exponiendo a Lavagna. Le voy a ahorrar al país una herencia recibida, que es un clásico que siempre significó un año y medio de convulsiones. Contra esa estrategia hay gente que considera que Duhalde-Lavagna son responsables de la crisis por haber pateado hacia adelante los problemas. Por eso lo de Lavagna es un riesgo. Menem tomó el riesgo de decir ‘ya gané’, ni hace falta la elección. El punto a favor que hay una interna peronista dentro de la elección y en el peronismo el concepto de ganar es clave. Con eso Menem irrita hacia afuera, provoca y hace crecer el sentimiento antimenemista, pero cree que esa estrategia le va a jugar a favor dentro del electorado peronista.”
Artemio López: “El electorado que queda por definir es de baja identificación partidaria, gente bastante informada, clase media urbana y dominantemente ex votantes de la Alianza en el ‘99. Lo que aconseja el manual es correrse al centro político y todos están haciendo eso. Menem bajó todas sus posturas de dolarización, la guerra en Irak u otras posiciones más de choque. Kirchner, a través de Lavagna, trata de capitalizar que la gente percibió que ahora se ha recuperado cierto orden y apunta al electorado mayoritario que cree eso, mientras que Rodríguez Saá vuelve a hablar de que no va a cambiar la capital.”
Hugo Haime: “Cada candidato ha ido agarrando su perfil. Carrió es la anticorrupción; López Murphy la estabilidad y el crecimiento; Menem, el poder, la gobernabilidad y el orden; Rodríguez Saá el aprovechamiento de una Argentina rica en recursos naturales; Kirchner es la continuidad de lo que se está haciendo. Los candidatos tienen que convencer a todos, porque no es que hay un sector convencido y otro que no. Entre los pobres, por ejemplo, Menem y Rodríguez Saá pelean codo a codo, pero Kirchner empezó a meterse ahí con fuerza. Los sectores medios empiezan a mirar bien a López Murphy, pero allí también pelean Carrió y Kirchner.”
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