EL PAíS • SUBNOTA
› Por Horacio Verbitsky
El jueves, la Cámara Nacional Electoral publicó una “Aclaración” que no aclara nada. Dijo que “una edición anterior (del escrutinio definitivo de las elecciones del 23 de octubre de 2011) publicada en este sitio fue reemplazada tras advertirse inconsistencias en la consolidación automatizada de algunos de los datos de la categoría presidencial”. Ni siquiera eran algunos datos sino todos, salvo los de la Coalición Cívica y el número total de votantes. El 17 de junio la página de la Cámara informó que CFK había obtenido el 55,42 por ciento de los votos, con una diferencia de 40,77 por ciento sobre Hermes Binner, a quien atribuyó el 14,65 por ciento. El radicalismo denarvaísta permaneció en el tercer puesto con un punto menos y el Frente Popular del ex senador Eduardo Duhalde pasó al cuarto lugar, superando por unas décimas a la Alianza Compromiso Federal del puntano Alberto Rodríguez Saá. En forma subrepticia la página volvió a su configuración anterior, con 54,11 por ciento para Cristina, 16,81 para Binner y una diferencia entre ellos del 37,3 por ciento, ¡Ricardo Alfonsín recuperó el puntito perdido y Duhalde regresó a su cómodo quinto lugar, sólo por delante del Frente de Izquierda y la Coalición Cívica! Consultados para esta nota sobre este curioso zigzag en la información sobre la categoría electoral más importante, los secretarios y los camaristas abrieron la boca con auténtica perplejidad y prometieron averiguar. Recién entonces supieron lo que había ocurrido. La reconstrucción posterior indica que quien descubrió el blooper y avisó a la Dirección General de Tecnología del Poder Judicial fue el politólogo Andy Tow, autor de un exhaustivo atlas electoral argentino online. Pero ni secretarios ni camaristas fueron puestos al tanto. La explicación que dieron, luego de largas vueltas y numerosas comunicaciones, fue que no coincidían los números código que identifican a los partidos, confederaciones o alianzas a nivel nacional (que asigna el Secretario de la Cámara a cargo del Registro Nacional de Partidos Políticos) y a nivel distrital (que corresponde a cada juez federal con competencia electoral). Quien reclamó a sus colegas que se publicara la aclaración y se iniciara un sumario para determinar responsabilidades fue el camarista Santiago Corcuera, uno de los impulsores de la unificación de las actas de escrutinio y de la automatización de la suma de los datos, que debutaron en esta elección. La tecnología, por lo visto, no puede con la estupidez humana. Sólo se trataba de sumar los resultados de los 24 distritos para apenas siete fórmulas presidenciales. Pero lo hicieron a máquina, alinearon peras con manzanas, dieron el resultado en melones y recién lo corrigieron cuando Andy se los llevó a remolque.
Informe: Mercedes González.
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