Vie 10.08.2012

EL PAíS • SUBNOTA  › EN LA CASA ROSADA CELEBRARON QUE MACRI SE DECIDIERA A ACTUAR

“No le quedaba otra salida”

Según el análisis del gobierno nacional, Macri se equivocó al pensar que el conflicto se encauzaría solo. Con todo, consideraban que es probable que el jefe de Gobierno vuelva a echarse atrás. Temprano, se había cruzado otra vez con Randazzo.

› Por Nicolás Lantos

La decisión del gobierno porteño de intervenir finalmente en el conflicto del subterráneo, que ya lleva una semana de servicio interrumpido, fue vista con desconfianza por el kirchnerismo, donde aseguran que Mauricio Macri actuó porque “ya no le quedaba otra salida” y sospechan que “en cuanto tenga un poco de margen no sorprenderá que vuelva a echarse atrás con un giro retórico”, tal como manifestaron desde Casa Rosada a Página/12.

La noticia de la conciliación obligatoria dictada por la administración PRO a una semana de comenzadas las medidas de fuerza fue recibida por el gobierno nacional con desconfianza. “Macri quedó entre la espada y la pared: creyó que sin hacer nada el conflicto se encauzaría solo y el desgaste lo tendríamos nosotros –analizaban en los pasillos de la Rosada–. Sin embargo, la Ciudad ya lleva una semana de caos y todos los ojos empiezan a caer sobre su inactividad: ya no le quedaba otra salida que actuar.” Hace ya dos semanas, el ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, había señalado que ese era el camino que debía seguirse ante el incipiente conflicto.

Por su parte, el ex legislador porteño Gonzalo Ruanova aseguró que “era imprescindible que la Ciudad actuara” para zanjar el problema entre los trabajadores y Metrovías porque “la pasividad no le sirve y debe empezar a mostrar si es capaz de dar soluciones”. Ruanova, consultado por este diario, señaló que “era imprescindible que actúe por la extensión del conflicto”. Para el ex legislador “seguir dilatando la discusión no beneficia a nadie” y “la firma del acta y el aumento de las tarifas son pruebas contundentes” de la responsabilidad de Macri sobre el tema subtes. “Es lógico que en el marco de la CABA con sus organismos y su Justicia se encamine el conflicto –ahondó–. Aunque a Macri durante cinco años le sirvió por lo menos en lo local ser más parte de los problemas que de las soluciones, si tiene entre sus planes una candidatura nacional esto no le sirve y tiene que empezar a proponer soluciones.”

Todo esto sucedió en el cierre de una jornada en la que hubo duros cruces entre el titular del PRO y el kirchnerismo por este conflicto. Horas antes de dictar la conciliación obligatoria, Macri había intentado una vez más deslindar responsabilidades en la Casa Rosada: adjudicó la medida de fuerza a la “irracionalidad y la intransigencia de la Presidenta”, al tiempo que denunció que “hay metrodelegados que militan en La Cámpora” y acusó con violencia al ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo: “Miente o es muy ignorante”, dijo.

“Hemos trabajado cinco años en cuanto detalle ha habido para ahorrarle tiempo y facilitarle la vida a la gente, y de golpe caemos en esta irracionalidad y la intransigencia de la Presidenta. Uno se siente muy frustrado”, protestó Macri ayer por la mañana, en el inicio de la sexta jornada del histórico paro de subterráneos. En una entrevista radial, el jefe de Gobierno porteño señaló supuestas afinidades entre Agtsyp, el gremio que lleva adelante la huelga, con el kirchnerismo, a quienes atribuye la voluntad de “someter y fundir a la ciudad de Buenos Aires”. Según Macri, “la UTA es el gremio tradicional y el gobierno nacional les dio lugar a estos metrodelegados, que están muy politizados. Cuando uno escarba un poquito, Segovia milita con D’Elía y varios de los metrodelegados en La Cámpora”.

La respuesta de Randazzo no se hizo esperar. “Macri apela al agravio porque no le asiste ninguna razón”, señaló el ministro, para quien las declaraciones de Macri sobre su imposibilidad de asumir el control de la red de subterráneos “es parte de la dinámica de excusarse”, y advirtió que “a uno lo eligen para hacerse cargo”. En la misma línea, el secretario de Transporte, Alejandro Ramos, aseguró que el líder del PRO cuando habla “parece un vecino más y no el jefe de la Ciudad”, y lo acusó de “generar temor” con sus permanentes advertencias sobre la posibilidad de nuevos accidentes. El control de los subtes, agregó, “lejos de ser una carga, es un derecho de la Ciudad, y si él viera alguna deficiencia debería coordinar una reunión con Metrovías para resolverla”.

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