Sáb 11.08.2012

EL PAíS • SUBNOTA

El conflicto en la Ciudad

¿Cuándo asume Macri?

Eduardo López * y Mariano Denegris **

El conflicto gremial generado a partir de la falta de negociación salarial entre los trabajadores del subte y premetro y la empresa Metrovías ha vuelto a poner de manifiesto la “táctica fugitiva” de Mauricio Macri, recurso que también podría llamarse “táctica del eterno candidato”. Después de tres días sin servicio de subterráneo y a más de siete meses de haber firmado un acta de traspaso y dispuesto un aumento de 127 por ciento en el boleto de este medio de transporte, Macri promete: “A partir de que el Gobierno de la Ciudad se haga cargo del subte, no habrá más paros”. En su segundo mandato el jefe de Gobierno sigue hablando de los problemas de los porteños como si fuera un candidato.

No es, por supuesto, que no gobierne. Día a día toma decisiones de gobierno favoreciendo a unos y perjudicando a otros. Decide y aumenta las tarifas; decide y desaloja a trabajadores y pacientes del Hospital Borda con policías metropolitanos; decide y endeuda a la Ciudad; decide y, mientras aumenta el presupuesto a la educación privada, reduce el de la pública. Decide y pone el negocio inmobiliario por sobre una política pública de vivienda. Podríamos continuar varias páginas, pero lo que nos interesa destacar es de qué manera Macri habla como si estuviera en un permanente spot electoral. Sale de una reunión de gabinete como si viniera de un comando de campaña y asegura que resolverá el problema cuando sea, lo que ya es.

Otra faceta de la misma táctica comunicacional es hablar de los problemas como un simple espectador al que se le pide una opinión. En el séptimo día sin subtes declaró a los medios: “Me parece que el paro no se va a solucionar en el corto plazo”. A continuación les adjudicó la responsabilidad de todo el conflicto a los trabajadores como si ellos fueran quienes la ciudadanía eligió para garantizar el transporte en la ciudad. Esto se vincula con otra manía de la comunicación macrista. No sólo se fuga de los problemas tirando la pelota hacia otras jurisdicciones de gobierno. También intenta culpabilizar y estigmatizar a todo grupo de ciudadanos que reclame por un derecho conculcado.

Cuando en diciembre de 2010 se produjo la toma del Parque Indoamericano, si bien tomó la decisión de reprimir inaugurando el accionar de la Policía Metropolitana, ante los medios de prensa se mostró siempre como si su gobierno no tuviera nada que ver con la política de vivienda porteña ni con la represión. Aquella vez también derivó las responsabilidades en el gobierno nacional y en los sectores que reclamaban sus derechos.

Los vecinos sin techo son delincuentes indocumentados que amenazan en virtud de su nacionalidad la vida de la “gente”, los docentes, si nos organizamos para defender la educación pública tomamos de “rehenes” a los estudiantes y sus familias, los estudiantes que reclaman por el estado de sus escuelas son peligrosos chavistas que deben ser denunciados en comisarías, los trabajadores del subte, si piden paritarias, están tan extremadamente politizados que les impiden a los “trabajadores” cumplir sus horarios.

Posicionado en lugares comunes que se reproducen desde los medios de comunicación, juega el rol del candidato que “opina lo mismo que la gente” y no reconoce ninguna responsabilidad política.

Tras una semana sin subtes, la Subsecretaría de Trabajo de la Ciudad convocó a las partes en conflicto. Es de esperar que esta convocatoria sea producto del agotamiento de la “táctica del fugitivo”.

Si bien no somos optimistas en cuanto a que el jefe de Gobierno se empiece a hacer cargo de los problemas de la Ciudad, no abandonamos la esperanza de que comience a fisurarse su blindaje mediático y pague algún costo por la utilización de estas tácticas.

* Secretario general de UTE-Ctera.

** Secretario de Prensa de UTE-Ctera.


Buenos Aires de ceniza

Susana Rinaldi *

Los conflictos con los que arrancó esta semana la ciudad –que exasperan la vida cotidiana de sus habitantes, a contramano de la búsqueda espiritual que propone el jefe de Gobierno– no disimulan su crecimiento en intensidad, sea por la mala gestión o por la “falta de gestión” del gobierno local.

Empecemos por el paro de subtes. Según tomamos nota, el día 3 de enero Macri estampó su firma en un documento redactado para principiantes, por el cual aceptó la transferencia de los subtes a la órbita de la Ciudad. Dos días más tarde, aumentó la tarifa haciendo uso de su nueva autoridad –y actuando en contra del bolsillo de los porteños– en un 127 por ciento. Menos de un mes después, se arrepintió y los dejó de lado como un chico que se cansa de jugar a los trencitos. ¡No se podía creer! Hasta el día de hoy, en el que su inoperancia nos condujo a esta estación que sigue sin salida luego de una semana de paro, y que, no es menor, se apropia también del tiempo de los ciudadanos. En contradicción con su postura de no ser el responsable (jamás se hace cargo), convoca a los diputados de la oposición para que ayuden a destrabar el conflicto, pero añadiendo su toque personal: mientras reclama diálogo al gobierno nacional, no invita a la reunión a los diputados del Frente para la Victoria ni a sus aliados en la Legislatura, Nuevo Encuentro y mi bloque, el Frente Progresista Popular. Una demostración más de que su conducta responde a la antigua política de realizar maniobras por debajo de la mesa.

O en las sombras, como fue la irrupción violenta de la Policía Metropolitana en el hospital Borda, sin orden judicial y por la puerta de atrás. Mientras tanto, treinta y tres hospitales públicos realizaron un paro por los incidentes en el Santojanni, que está sin seguridad suficiente porque el PRO dice que no tiene policía. Sin embargo, para que las empresas privadas que se beneficiarán con el gran negocio inmobiliario de “su codiciado centro cívico” pusieran una cerca, el jefe de Gobierno sí pudo disponer de seis móviles y personal policial de varias áreas. No le importó que los pacientes de salud mental sean casi los más débiles de nuestra sociedad, y que una situación de violencia como la padecida puede generarles trastornos muy difíciles de reparar.

También hubo caos de tránsito en Plaza de Mayo por la marcha convocada por artistas, directores de teatro, representantes de la cultura y trabajadores del espectáculo, que esperan cobrar el subsidio que les corresponde desde mayo pasado. El mismo que supone amparar cien espacios teatrales con un monto total que no llega a un cuarto del dinero que consume el Teatro Colón. Pero claro, las salas independientes no significan un gran negocio. Por eso, los artistas que pasan por sus escenarios son manipulados como ciudadanos de segunda. Sé de qué hablo. También yo formé parte de sus filas alguna vez.

En el súmmum del desprecio a la inteligencia de los porteños, Macri ocupa un espacio respetado por la mayoría de la prensa, que se las ingenia para disimular estas verdades.

Junto a otros pocos legisladores, estamos ya hartos de los atropellos que se cometen a diario en la Ciudad, y tratamos, como podemos (y como a veces nos permiten), de encontrar mecanismos que pongan freno al padecimiento cotidiano al que nos somete el responsable a cargo y sus huestes respectivas. Porque, de verdad, los porteños merecemos paz mental, pero también social. Y esto sí es una decisión política.

* Diputada porteña (Frente Progresista Popular).


El subte que merecemos

Rafael Gentili *

El conflicto “del subte” impacta en la vida cotidiana de millones que vivimos y transitamos la ciudad, pero eso no parece importarle a ninguno de los dos gobiernos.

La Nación sigue sosteniendo la concesión de Metrovías, que ha sido ruinosa para los intereses públicos, mientras ha enriquecido a su dueño, el Grupo Roggio.

El gobierno de Macri, a partir la firma del acta, comenzó un proceso de desaciertos jurídicos y políticos. Primero aumentó la tarifa un 127 por ciento sin convocar a audiencia pública ni darle intervención a la Legislatura, tal como manda la Constitución porteña. Luego de la tragedia de Once, dio marcha atrás aduciendo falta de inversiones pendientes, hecho que no podía desconocer al firmar el acta. Desde ese entonces, venimos insistiendo en la necesidad de completar el traspaso, sin renunciar a la exigencia de los recursos por las obras que la Nación debería haber hecho y aún no hizo (punto cuyo alcance tampoco está muy claro).

Ahora bien, la discusión de los recursos no debe ser un obstáculo para que se regularice la situación del servicio y que la Ciudad se haga cargo del control del mismo y solucionar los problemas que se presenten, como hace cualquier provincia con los servicios públicos a su cargo.

En marzo de este año presentamos un proyecto de ley con estos lineamientos, pero hasta ahora el PRO no habilitó la discusión.

Defendemos el traspaso como parte de la defensa de la autonomía de la Ciudad y también como un elemento indispensable para poder discutir el modelo de concesión vigente (expresado en un concesionario pobre y un accionista rico), que es la causa principal del creciente deterioro del servicio.

Creemos, además, que los servicios descentralizados y cercanos a los usuarios funcionan mejor que los que tienen planificaciones centralizadas y lejanas. Por eso entendemos que es urgente que la Ciudad tome el control operativo del subte, con participación de los trabajadores y control de los usuarios.

Proponemos un subte que garantice: el derecho a la movilidad y circulación de los ciudadanos; tarifas con criterios sociales, sustentables y de razonabilidad económico-financiera; accesibilidad de personas con movilidad reducida; prestación de servicios con confort, salubridad, continuidad, puntualidad y seguridad pública y operativa; integración con otros modos de transporte y correspondiente integración tarifaria; sustentabilidad ambiental; gestión participativa de usuarios y trabajadores; acceso de los usuarios a la información sobre la calidad del servicio, su presupuesto e inversión; atención a los usuarios con un régimen ágil de reclamos, denuncias y sugerencias; extensión de los horarios de operación (hasta la 1 AM).

Con voluntad política y responsabilidad institucional se puede resolver el conflicto y comenzar a trabajar por un subte como nos merecemos todos.

* Diputado porteño (Bloque Proyecto Sur).

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