Los nuevos directores del PAMI, designados por Néstor Kirchner como señal de transparencia en la obra social, salieron ayer a marcar diferencias con la antigua cúpula, algunos de cuyos integrantes estaban vinculados con Luis Barrionuevo. “Tolerancia cero con la corrupción”, prometió Juan José González Gaviola. “Vamos a eliminar los ñoquis”, aseguró José Ramón Granero.
El lunes, en una conferencia de prensa, el ministro de Salud, Ginés González García, anunció cambios en la cúpula del PAMI que, con casi cuatro millones de afiliados, es la obra social más importante del país. El objetivo es mejorar las prestaciones y transparentar el funcionamiento de la entidad, señalada siempre como una de las principales cajas de financiamiento ilegal de la política.
“Vengo trabajando en temas vinculados con la seguridad social desde hace muchos años, así que era una de las áreas donde probablemente se pensaba que iba a ser convocado. Este no es el peor momento del PAMI, pero venimos a aportar este nuevo estilo del presidente Kirchner, de administraciones más austeras, más dinámicas, de tolerancia cero con las situaciones de corrupción que se puedan encontrar”, sostuvo ayer González Gaviola, ex vicegobernador neuquino y hombre de confianza de Kirchner.
Consultado por los principales problemas de la obra social, González Gaviola apuntó al alto gasto operativo. “Sobre una ejecución de casi 180 millones al mes, hay casi 40 de gastos operativos, realmente es una cifra muy, muy grande. Hay que reducirlo para así mejorar las prestaciones en calidad y cantidad”, señaló el funcionario. Y agregó que uno de los ejes será revisar los sueldos de los funcionarios jerárquicos, algunos de los cuales treparían a los 10 mil pesos, para adecuarlos a la ley que impide que superen los 3 mil pesos que cobra el Presidente de la Nación.
González Gaviola reemplaza al pediatra Horacio Pacheco, designado por Eduardo Duhalde hace apenas seis meses como director del PAMI, cuya conducción está en manos de un órgano integrado por once dirigentes. La otra designación es la de Granero en lugar de Benjamín Surace, vinculado políticamente con Barrionuevo, que siempre se jactó de controlar el PAMI desde las sombras, y que ayer cuestionó duramente la decisión de Kirchner (ver aparte).
Ayer, Granero aseguró que el Presidente “no ha pedido plazos sino objetivos” y se refirió a los más importantes. “Queremos que la gente vuelva a rescatar la credibilidad del instituto y que se comience a ver los servicios que no se dan, se dan a costos altísimos o se subprestan, o cuando el verdadero beneficio no llega a quien tiene que llegar”, explicó.
El funcionario, ex gobernador de Santa Cruz y director del PAMI en la provincia, agregó que Kirchner “quiere dar una oportunidad” para que el instituto se normalice. “No vamos a tolerar los ñoquis. Si hay alguien que cobra y no trabaja se tiene que ir”, concluyó Granero.