EL PAíS • SUBNOTA › EL OFICIALISMO ENFRENTA LAS ELECCIONES SIN DEMASIADA EXPOSICIóN
Las diferentes evaluaciones de las encuestadoras coinciden en que el lugar del oficialismo es más cómodo que en otros comicios y que corre pocos riesgos. Al mantenerse como primera minoría podría ganar bancas.
› Por Raúl Kollmann
El proceso electoral disparará sin dudas una cantidad de interpretaciones diversas, pero lo cierto es que la mayoría de los consultores cree que en el terreno electoral el oficialismo corre pocos riesgos: podrá bajar su última marca, pero será el que obtenga más votos, con lo que tal vez sume nuevas bancas en la Cámara de Diputados. En el peor de los casos, perdería unas pocas en el Senado.
- Roberto Bacman: “Más allá de todos los análisis, el oficialismo parte con una ventaja estructural: su núcleo duro de votantes nunca ha bajado del 34/35 por ciento a nivel nacional, ni siquiera en elecciones de medio término como las de 2013. Y esta ventaja estructural se mantiene a pesar de los desafíos que debe asumir en algunos distritos como ser la Capital Federal, Santa Fe y Córdoba. Esta preeminencia competitiva inicial también se sostiene desde otra perspectiva: la oposición sigue dispersa, heterogénea y muy atomizada, sin que hasta el momento ningún partido o dirigente haya logrado internalizar de manera contundente en el imaginario colectivo que posee un proyecto concreto, una propuesta viable y alternativa a la de un oficialismo que gobierna este país desde hace casi diez años”.
- Manuel Mora y Araujo, de Ipsos-Mora y Araujo: “El oficialismo deberá extremar sus esfuerzos de campaña para remontar un mal año con indicadores flojos en la opinión pública. La provincia de Buenos Aires será el distrito decisivo, ya que en términos generales las provincias más grandes y con mejores indicadores económicos le son adversas, mientras que las demás le son favorables. La estrategia razonable para el oficialismo es tratar de nacionalizar la elección todo lo posible, jugando la figura de la Presidenta por encima de los candidatos locales, y procurar que en Buenos Aires no se genere una excesiva dispersión de la oferta peronista que le puede quitar votos al Frente para la Victoria. La oposición sigue envuelta en sus indefiniciones, pero el hecho de tratarse de una elección legislativa de medio término, donde se vota por distrito, compensa esa debilidad. Aun con el actual panorama de oposición muy fragmentada, el electorado opositor va a ir produciendo tendencias locales cuya eventual agregación se producirá después, con vistas a 2015”.
- Eduardo Fidanza: “En principio creo que el kirchnerismo tiene una buena chance de ganar la primera minoría en la elección de 2013. Eso dependerá, primero, de la evolución de la imagen presidencial, hoy en torno a los 40 puntos según los datos de Poliarquía. Segundo, de la marcha de la economía y, tercero, de la capacidad de la oposición de conformar frentes. Sin embargo, en caso de vencer el oficialismo, no veo chances de introducir la reforma constitucional para impulsar la re-reelección. El gobierno debería tener resultados aun mejores que en 2011 para acercarse al número requerido en Diputados, y todavía quedaría lejos en Senadores. Eso significa que, más allá del año electoral y sus resultados, el proceso de sucesión presidencial seguirá abierto”.
- Artemio López: “El año electoral se presenta muy favorable para el Frente para la Victoria, que renueva las elecciones de 2009, donde le fue mal y donde sólo obtuvo el 30 por ciento de los votos. Un simple cálculo muestra el panorama. En 2009, Córdoba, Santa Fe y Capital promediaron para el oficialismo el 10 por ciento de los votos. Cualquier candidato del FpV hoy eleva ese promedio. En la provincia de Buenos Aires, el FpV sacó el 32. Hoy saca mucho más que eso. Mi cálculo es que el oficialismo mejorará en unos 15 puntos la elección de 2009. Si eso sucede, el bloque FpV-PJ pasaría a tener 145 bancas, 31 más que hoy. Y sumando aliados podría incluso acceder a la mayoría calificada de dos tercios de la Cámara. ¿Será?”.
- Ricardo Rouvier: “La oposición pone más en juego su capital legislativo que el kirchnerismo, fruto del éxito opositor en 2009. No obstante, el kirchnerismo enfrenta un desafío particular, sobre todo en el Senado, en razón de que depende de cómo le vaya en las elecciones para aspirar a la reforma constitucional y la consecuente re-reelección de la Presidenta. Es decir que la cuestión de la sucesión va a ser uno de los grandes temas de la agenda política del año a iniciarse, y que tomará más impulso en lo post-electoral. Si se cerrara el camino de la reforma, el gobierno tendrá que ir por el Plan B”.
- Enrique Zuleta: “El gobierno debe producir un sinceramiento. La re–reelección es rechazada por ocho de cada diez electores. En estas condiciones, está clara la necesidad de que ponga en evidencia ideas, alternativas, equipos, criterios de solución de los problemas. Nada amenaza el liderazgo de la Presidenta y hasta podría decirse que ese liderazgo no depende de la reelección. Más bien al contrario. El imperativo para el kirchnerismo tendría que ser operar un giro hacia una política de moderación progresista –similar a la de 2007 y 2011–, en la medida en que es imprescindible para una victoria electoral en 2013. Ese giro tendría que estar acompañado esta vez de una sincera voluntad de innovación política, inclusión de ciudadanía independiente y reconciliación nacional”.
- Graciela Römer: “Las próximas legislativas serán, como lo son casi siempre las elecciones de medio término, la hoja de ruta hacia las elecciones presidenciales de 2015. En esta variable se incluye que el PRO pueda imponer o no su candidato en Santa Fe frente a las listas de Bonfatti o Binner; el éxito o no de Cobos en Mendoza, que los gobernadores vayan con sus listas o no bajo el paraguas del FpV. De todo ello, más la cuestión económica y social, dependerá el mapa que surja para las próximas legislativas”.
- Analía del Franco, titular de Analogías: “Mi hipótesis es que la participación e interés en estas elecciones será alta, debido entre otras cuestiones a la fuerte dinámica entre oficialismo y oposición que tuvo lugar durante 2012. Ejemplos: sectores opositores que no son partidos políticos, como algunos sindicalistas, así como otros sectores de clase media con alto interés en exhibir sus reclamos y su antioficialismo de manera pública, pero sin identificación partidaria. También actuarán algunos mitos tales como ‘al que le va bien en las elecciones de medio término está habilitado para participar en las próximas con elecciones ejecutivas’. O que las elecciones de medio término suponen un plebiscito al gobierno nacional en curso. Creo cada vez menos en esos mitos”.
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