–¿Tiene un tuitero favorito?

–Nadie en particular. Twitter es una muy buena fuente de información pero te demanda mucho tiempo. Tenés que tener un grado de dependencia absoluto. Yo sigo a muy pocos y es difícil ver lo que hacen todo el tiempo. Hay que desconfiar de los políticos en Twitter porque en general no lo usan ellos.

–¿Cambió algo sus vacaciones por el tema del dólar?

–Hice como la mayoría de la gente. Me presenté en la AFIP para recibir las gotitas que te dan y traté de pagar la mayor cantidad de cosas con tarjeta desde acá. Con el actual cepo cambiario o vas al mercado negro o no podés hacer nada. Las distorsiones que trae esto, lamentablemente tenemos una triste experiencia, han traído una alta dosis de hipocresía.

–¿Leyó El Eternauta? ¿Qué le pareció?

–Me gustó. Me resultó muy atractiva la primera parte de la invasión, de esa extraña nieve... me parece que es una historieta que va perdiendo cierta intensidad porque luego adquiere niveles fantasiosos grandes. Recuerdo que el caso de Oesterheld estuvo en el juicio a los comandantes y yo no pude dejar de pensar, cuando se presentaban esos testimonios, lo absurdo de esa criminalidad irracional.

–¿Qué hace frente a una promotora?

–Trato de sacármela de encima con amabilidad. No me gusta que me vendan cosas y tampoco esas llamadas telefónicas con ofertas para cambiar de empresa de ambulancias...

–¿Una posición?

–La lucha por la igualdad. Todos aquellos que sueñen con una sociedad justa tienen que estar siempre obsesionados para tratar de superar las loterías de la vida porque la vida tiene características muy injustas. No nacemos libres e iguales.