Fuerza propia. La Cámpora por dentro, de la periodista Sandra Russo, está basado en decenas de entrevistas –algunas de ellas realizadas por Werner Pertot–. Con cada miembro de la Mesa Nacional de Conducción –Andrés Larroque, Mariano Recalde, Juan Cabandié, Wado de Pedro, Mayra Mendoza, José Ottavis– hicieron varios encuentros, que incluyeron recorridas por los barrios del conurbano bonaerense o la Capital Federal, en los que trabajan. Con Máximo Kirchner quedaron plasmados dos encuentros, uno en enero de 2013 y otro a principios de 2014. El enfoque del libro es generacional. En La Cámpora confluyen varias: los miembros de la conducción orillan los 40 años, mientras los militantes más jóvenes son los estudiantes secundarios, los “hijos de la democracia” o la “generación del Bicentenario”.

El punto de partida para entender la lógica política que hizo confluir en La Cámpora a militantes de tres vertientes distintas –las organizaciones territoriales, las de derechos humanos y las universitarias– fue la década del ’90, el tiempo de la antipolítica, en la que quienes hoy integran la Mesa Nacional eran adolescentes pero ya militaban en algunas de las decenas de agrupaciones existentes. Eran el lado B de la política argentina de esos años, la parte anómala de una generación destinada a la indiferencia. Cuando en 2006 toma forma la Agrupación Héctor J. Cámpora, cada uno de ellos llevaba ya más de una década de militancia antineoliberal. El libro se interna en aquellos años en los que Néstor Kirchner, por su parte, buscaba una fuerza propia que se sintiera expresada por el proyecto político inaugurado en 2003, y cuando distintos grupos de jóvenes se sintieron interpelados por el entonces presidente y por su acción de gobierno.