Tras agonizar por tres días, David Moreyra, de 18 años, murió el martes pasado en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez de Rosario, a causa de traumatismos severos. Las lesiones fueron provocadas el sábado 22 por los golpes y patadas propinados por un grupo de personas, que lo acusaban de robarle una cartera a una mujer en el barrio Azcuénaga. La familia de la víctima asegura que Moreyra no es un delincuente y acabó en la escena del asalto “engañado”.

Alrededor de las 16.45 de ese sábado, en un episodio confuso, dos jóvenes le arrebataron la cartera a una joven madre, que iba con su hijo por las calles Marcos Paz y Liniers. Cuando intentaban escapar a contramano por Liniers en una moto, chocaron con un auto. Testigos aseguran que el accidente se produjo de manera casual; para otros, el choque fue intencional para evitar la huida.

Mientras que uno de los jóvenes logró escapar, Moreyra fue atrapado por unos 50 vecinos, que le dieron una violenta golpiza. A pesar de los rumores que indicaban que el joven tenía antecedentes penales, el comisario Alberto Godoy, jefe de la seccional 14ª, aseguró que no los tiene. “Queremos que quede claro que era un chico puro. Que la gente no lo tenga como un delincuente, porque no lo era”, sostuvo María, la hermana mayor de la víctima.

En tanto, a menos de una semana del incidente, otros tres casos de intento de justicia por mano propia se dieron en la capital santafesina. El último tuvo lugar el sábado por la madrugada en la zona oeste de Rosario, cuando cinco personas detuvieron a un joven de 21 años, acusado de haberle arrancado el bolso a una mujer, desde una moto. Los vecinos lo hicieron caer del rodado y lo golpearon hasta que llegó la policía. El joven también fue internado en el Clemente Alvarez con varios cortes.