EL PAíS
• SUBNOTA › EL GOBERNADOR DE SANTA CRUZ DEFIENDE A KIRCHNER
“Está bien que fije límites”
Por F. C.
El gobernador de Santa Cruz, Héctor Icazuriaga, fue uno de los hombres de confianza del presidente Néstor Kirchner que ayer salió a defender la decisión de quitarle a Daniel Scioli el control de la Secretaría de Turismo. “Está bien que el Presidente fije los límites”, justificó Icazuriaga. Desde el despacho de gobernador que hasta mayo ocupó Kirchner, Icazuriaga aceptó que un vicepresidente puede decir lo que le parezca pero que después tiene que hacerse responsable de sus dichos.
–¿Por qué se produjo esta situación entre Kirchner y Scioli?
–Scioli, ya era evidente, estaba tomando posturas distintas a las del Presidente. Recuerdo lo del CVS cuando el Presidente estaba en Europa, luego lo de las tarifas y por último esto de poner en tela de juicio una posición muy firme del Presidente en materia de derechos humanos. Si usted dice que “un país serio no deroga leyes”, está en las antípodas del pensamiento presidencial que entiende que un país serio –que fue nuestra premisa de campaña– es el que no admite la impunidad.
–¿La decisión de Kirchner fue un correctivo?
–Y está bien que fije los límites. Es el Presidente de los argentinos y es importante que esto se establezca sin falsas hipocresías al inicio de la gestión y no en el medio.
–¿No fue una decisión poco tolerante con alguien que piensa diferente?
–Eso es imposible porque el Presidente escucha a todo el mundo. El vicepresidente puede expresarse como quiera. Lo que sí, por su cargo, debe hacerse responsable de sus dichos. Lo importante no es que no se hable, lo importante es decirle claramente a la sociedad de qué lado se está, porque los lobbies operan rápidamente sobre las divergencias.
–¿El Presidente no tendría que haber guardado un poco más las formas?
–Eso se lo escuché decir a periodistas que me merecen el mayor de los respetos. Pero hay que ser claro: el Presidente no es de guardar formas, es de ir al fondo. No pone las cosas debajo de la alfombra. No es De la Rúa. Es visceral, siempre lo fue. Lo que no hizo fue dejar sus convicciones en la puerta de la Rosada. Y esto la gente lo palpa.
–¿Alrededor de Scioli se estaba gestando una oposición neomenemista?
–No lo sé, aunque no creo en las inocencias. Cuando se confronta a un modelo que destruyó el tejido social de la Argentina hay que ser absolutamente claro y no enviar señales cambiadas.
–¿Y no se puede reprocharle que fue él quien eligió a Scioli?
–Y fue así. Como Lula eligió a un empresario para ampliar su base de consenso. A Kirchner todo le costó el doble, venía de una provincia poco poblada y debía construir poder. Lo que no podría admitirse es que luego haga lo contrario a lo que dijo en la campaña. No es el caso. Es más, Kirchner está avanzando aún más, pero siempre en la misma dirección. No se ató las manos, pero había que dar la pelea electoral buscando el mayor acompañamiento posible en el peor momento de la dirigencia nacional.
–Pero lo eligió él y ahora lo sanciona...
–Mire, el Presidente no puede tolerar un poder bicéfalo. Es una mala señal para el país que el Presidente vaya para un lado y el vice para el otro. Kirchner quiere señales claras. Puede equivocarse, pero así es él. Y si se equivoca lo acepta y cambia. Lo dañino hubiese sido que Kirchner dejara resquebrajar su poder. La sociedad no lo hubiese aceptado.
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