La Agencia Gubernamental de Control no es el único organismo porteño que recibe denuncias contra su desempeño ineficaz. En la Subsecretaría de Trabajo que depende del Ministerio de Desarrollo Económico hay un conflicto que perdura desde el año pasado y que enfrenta a funcionarios e inspectores. Tres delegados del organismo que dirige Ezequiel Sabor recibieron represalias, porque acudieron a la Justicia para revelar irregularidades en dos oportunidades: por una intoxicación de trabajadores en dependencias de la cartera laboral y el frustrado traslado del cuerpo de inspectores a la AGC. Esta fue una movida que pretendía darle más atribuciones a la Agencia que dirige el mayor retirado Juan José Gómez Centurión. Edgardo Castro, uno de los delegados sancionados con la reducción de sus haberes por presuntas inasistencias (los otros son Alejandra Stohbaver y Oscar Seguel, a quien acusan de faltar 84 días), dijo que hace un par de semanas se reunió con Sabor, a pedido de éste. Según el ingeniero e inspector –aquel que denunció por graves irregularidades a la empresa Iron Mountain–, el subsecretario de Trabajo “nos pidió que retiráramos las denuncias penales a cambio de abrir una mesa de diálogo”. El ingeniero Castro le dijo a Página/12 que “los controles son deficitarios y se hacen por una cuestión estadística. Con muchas actas, pero con la intención de molestar lo menos posible”.